Cuando faltan cronopios

Crónicas de ciertos amigos que llegué a conocer


viernes
  El análisis no es nuevo, pero es muy atinado .

Las Abejas: Los Zetas son producto de la contrainsurgencia en Chiapas
Hermann Bellinghausen

Periódico La Jornada
Jueves 24 de marzo de 2011, p. 18
Al conmemorar la masacre de Acteal en Chenalhó, Chiapas, la Sociedad Civil Las Abejas declaró este martes: “Todo México está viviendo masacres todos los días. En lugares como Ciudad Juárez y Sinaloa, se asesinan familias enteras, se queman sus casas, se amenaza a los sobrevivientes y el gobierno no hace nada, dice que son los narcotraficantes. Pero cuando matan a un agente de Estados Unidos, en una semana ya tienen a los presuntos responsables. Cuando es asesinada gente del pueblo, cuando matan a una mujer en las meras puertas del palacio de gobierno, cuando familias enteras son destruidas, el gobierno no hace nada”.

Recordando la ofensiva contrainsurgente que sufren hace cuatro lustros, los indígenas expresaron que “todo eso” ha seguido un plan de contrainsurgencia que militares mexicanos “aprendieron en las escuelas militares de Estados Unidos, y ahora sus perros bravos que entrenaron se les han salido del Ejército y siguen masacrando inocentes pero como el grupo de Los Zetas”.

Desde Acteal, Las Abejas apuntan: “Dice el gobierno que los que mueren son delincuentes o gente que por accidente iba pasando cuando fueron las balaceras, pero nosotros vemos que muchos han muerto por defender la vida frente a los proyectos de muerte y destrucción. Vemos que en Chiapas y en México hay matanza de gente inocente que está a favor de la paz, hay persecuciones para los líderes de diferentes organizaciones, encarcelaciones a los que piden justicia, paz y dignidad”.

Con estos hechos, abunda la organización tzotzil, “vemos que el gobierno tiene miedo al pueblo y quiere callar su voz. Al que defiende la vida lo matan; en cambio los que matan, los que organizan guerras y los que son delincuentes siguen libres o los liberan, como a los autores de la masacre de Acteal”. Culpables de estos hechos y las violaciones de los derechos humanos son los gobernantes “que no saben administrar la justicia”.

Mencionan como ejemplo de los que son perseguidos “por defender la vida” a sus compañeros adherentes a la otra campaña de San Sebastián Bachajón (Chilón), “que sufren represión, hostigamientos, criminalización de sus luchas y encarcelamiento injusto como consecuencia de la defensa de la Madre Tierra”. Ello pone en evidencia la estrategia contrainsurgente del gobierno “y la forma como se sigue ejercitando y aplicando” para “dominio de los pueblos y comunidades en resistencia”.

Las Abejas de Acteal sostuvieron: “Nunca desanimamos para conmemorar a nuestros padres y madres exigiendo la justicia a nuestros seres queridos masacrados en 1997. No olvidamos a este hecho tan cruel que cometieron los paramilitares organizados por el presidente Ernesto Zedillo, el gobernador Julio César Ruiz Ferro y el comandante de la zona militar, Mario Renán Castillo”. Su plan de contrainsurgencia se proyecta al presente, ahora con Los Zetas.

En su modo característico, Las Abejas, insisten: “Aunque los gobernantes en aquel año ya lo ven como historia, nosotros no podemos olvidar. Como pacifistas decimos que ‘la bala no mata, lo que sí mata es el olvido’ y es fundamental para nosotros mantener la memoria viva”.

Por su parte, el Consejo Autónomo Regional de la Zona Costa de Chiapas, también de la otra campaña, denunció: “Estas semanas hemos estado viviendo rodeados de gobiernos, fiscales, procuradores, policías, falsos abogados, servicios de inteligencia hasta tal punto que el paisaje no era paisaje si no estaban presentes”. Reconoció que el Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa “ha tenido un papel de intermediación”, y no obstante, sus miembros son perseguidos por la justicia.

“No tenemos ningún compromiso con el gobierno, sólo demandas y exigencias. No hemos firmado ningún pacto de gober- nabilidad, porque la gobernabilidad sólo se da cuando existe justicia social y estamos muy lejos de esa realidad. Queremos decirle al gobierno que no habrá ninguna mesa de trabajo, dialogo o plática, porque no creemos en sus palabras llenas de mentiras, no habrá nadie que hable en nombre del Consejo Autónomo, seguiremos exigiendo las demandas de las comunidades por escrito y movilizándonos si estas no se cumplen”, precisó el consejo. 
lunes
  Para poder encontrarlo después: "EPÍLOGO DE UNA DESAPARICIÓN

Primera de tres.

Los clásicos no establecieron ningún principio que prohibiera matar, fueron los más compasivos de todos los hombres, pero veían ante sí enemigos de la humanidad que no era posible vencer mediante el convencimiento. Todo el afán de los clásicos estuvo dirigido a la creación de circunstancias en las que el matar ya no sea provechoso para nadie. Lucharon contra la violencia que abusa y contra la violencia que impide el movimiento. No vacilaron en oponer violencia a la violencia.
Bertolt Brecht

En México vivimos inmersos en un clima de creciente violencia destructiva que las mafias del gobierno permiten y fomentan, porque sólo así pueden ocultar la sistemática represión, tratar de controlar el descontento social e impedir, por el momento, que se generalice la lucha popular. Las formas de la violencia son cada vez más crueles y abominables; el conflicto no sólo ha dejado decenas de miles de personas muertas, sino terror e incertidumbre entre los vivos. La distancia entre el discurso de gobierno y las prácticas corruptas que lo caracterizan son una clara muestra de que los más altos funcionarios y las instituciones del Estado mexicano están coludidos con el crimen contra quien dicen estar luchando.

Esta contradicción inicial desata una cadena ininterrumpida de mentiras difundidas ampliamente por los medios de comunicación con los que están coludidos; esta difusión forma parte de la violencia cultural que promueve, legitima y justifica la violencia directa que el gobierno sostiene, así como de la violencia del hambre, del desempleo, de la migración, de la delincuencia infantil y juvenil, de la trata de blancas. En fin, de esa violencia silenciosa que obliga a gritar ¡Ya Basta!

Vemos día a día la impunidad militar, los levantones policiales para entregar víctimas al narco y la convivencia evidente entre presidente de la república, gobernadores, senadores, diputados, jueces, generales y jefes policiacos con los grandes capos, incluso, es posible afirmar que la alta burocracia y los sectores reaccionarios de la clase política, son quienes forman parte de las mafias más criminales en nuestro país. La guerra que el gobierno dice sostener en aras de la paz, no combate la raíz del problema ni a los verdaderos delincuentes, los de cuello blanco, que con base en fobaproas, rescates empresariales, privatizaciones (concesiones de carreteras, contratos secretos del petróleo, de fibra óptica y otros recursos naturales) se enriquecen y adquieren la facultad de poner y quitar gobiernos.

Sin embargo la violencia más sofisticada, la que a diario nos golpea y quizá la que menos reconocemos como violencia, es la que parece no venir de ninguna persona; es la violencia estructural invisible presentada siempre como "estragos", "golpes" o crisis internacionales que parecen nunca terminar para Nosotros pueblo y que nos son presentadas como avances. El duopolio televisivo y los gobernantes quieren que creamos en los avances y en la modernidad mientras hay más despidos, menos oportunidades de encontrar empleos productivos y un salario que cada día vale menos. Esa modernidad no es con la que soñamos ni la que queremos heredar a nuestros hijos.

La pobreza, para muchos la miseria, es una constante amenaza de muerte y es mucho más poderosa que todos los grupos de sicarios juntos; la vida es reducida a su condición de supervivencia sin ninguna posibilidad de un desarrollo auténticamente humano. Estas condiciones acercan a millones de personas más a la muerte que a la vida y frente a este peligro (del que Ellos, los grupos privilegiados, se benefician funcionalizando la pobreza al máximo) no se encontrarán soluciones concretas a menos que lo hagamos Nosotros.

Así, la violencia visible-directa, la invisible-estructural (de la que parece no haber ningún responsable) y la cultural, son promovidas y sustentadas por los gobiernos; éstos, no son la representación política de todos los mexicanos, sino quienes velan por los intereses de una restringida porción de la población, que privilegian especialmente a un restringido número de familias que encabezan el control del poder, la clase privilegiada, que se hace carne y hueso en un entramado altamente sofisticado y eficiente de grupos y personajes clave, que con una planeación meticulosa y una larga carrera, se siguen colocando en posiciones estratégicas para continuar beneficiándose a costa de todo un país. El gobierno es mafioso porque protege los intereses de los grandes ricos, de los dueños de todo, de los que saquean nuestros recursos naturales y trafican con todo desde personas hasta armas, drogas e influencias. Es un gobierno que sirve a las mafias aliadas al capital trasnacional, también mafioso.

Desde allí operan por dentro y por fuera de la ley grandes intereses económicos y políticos, en un entramado múltiple de lazos familiares, de compadrazgo, de arreglos de conveniencia, secretos, pactos, complicidades, bendecidos por la cúpula de poder de la Iglesia católica y una certeza que los identifica: pertenecer a un grupo definido al que son leales, conscientes de ser Ellos quienes tienen el poder y la riqueza repartida entre sus manos.

Para Nosotros la violencia (la visible y la aparentemente invisible) se traduce en un constante peligro de muerte, debido por un lado, a la intensificación de los conflictos que el saqueo mafioso genera para obtener mayores ganancias, y por otro de manera cotidiana por las condiciones de pobreza y miseria que reduce la vida a una lucha por la supervivencia y al andar diario por un estrecho pasillo de 60 pesos por familia; se vive al día y no hay posibilidad de progreso. Vivimos en amenaza de muerte al tener acceso restringido a la alimentación, a la salud, a los servicios, a los derechos y a conocer la justicia. Como así son las cosas, nos toca perder y como nos habíamos resignado, dejamos de sentir la violencia de no poder vivir bien. En ese sentido también Nosotros volvimos "normal" la violencia; violento no es solo lo que muestran los muertos, violento es también lo que ocultamos los vivos.

La sociedad mexicana, como podemos ver, está divida en dos: Ellos y Nosotros, Ellos ricos y Nosotros pobres, cuyos mundos y realidades son totalmente opuestos pero existen y se desarrollan al mismo tiempo; es la historia que Ellos difunden como la evolución de un solo proyecto al que discursivamente pertenecemos por igual y al mismo nivel todos los mexicanos. Ellos aplauden los discursos del gobierno en los que se alude al avance y bienestar en México, pues los confirman en su nivel de vida que constantemente mejora (mejor alimentación, vestido, educación, salud, bienes muebles e inmuebles, lujos, vacaciones y descanso, etc.); sólo en su cerrado círculo el progreso es realidad.

Ellos acumulan riqueza por todos los medios, unos por la vía legal-permisible y otros de forma ilegal-criminal; ambos son lo mismo, pues siempre tienen la posibilidad (al ser Ellos quienes legislan) de transformar lo ilegal en ley y viceversa; en realidad no son extrañas las revelaciones de que la mayoría de las veces quienes viven para acumular riqueza no distinguen en sus círculos entre quienes respetan las leyes y entre quienes no lo hacen. Lo que pasa es que unos ocupan cargos dentro de las instituciones del Estado y pueden, desde dentro, operar en su favor y ser muy legales. Los intereses políticos y económicos son dos frentes de una misma estrategia que viene fundida y defendida por la violencia. El gobierno mexicano se sostiene con el uso legal e ilegal de la violencia directa e indirecta, estructural y cultural, que lo construyen como salvaguarda de una suerte de "demonio" engendrada por sí mismo.

Quienes encabezan al Estado sostienen discursivamente que procuran alcanzar la paz perpetua y el bienestar en un futuro (que nunca llegará de ese modo), y por tal fin justifican su propio ejercicio de la violencia destructiva. Esta utopía de la paz estatal, construye el argumento de legitimidad de la muerte en el presente. El peligro de muerte que Nosotros vivimos es producto del enfrentamiento de grupos de poder económico que luchan por el poder político. Su manera de actuar dentro del aparato estatal despersonaliza decisiones que repercuten en la vida de personas concretas; la decisión burocrática agranda la distancia entre el funcionario y la gente de a pie, manejando públicamente la ficción de que hacen política con base en el bien común, aunque la comunidad esté excluida, en todos los sentidos, de dicha actividad.

Que el mundo de la política siempre sinónimo de corrupción e injusticia es una afirmación común que sintetiza el sentir generalizado y que la estructura estatal y sus funcionarios se encargan día a día de renovar; sin embargo la actividad política debe construirse con otro sentido, considerándola como la capacidad de todos para decidir de manera real y directa sobre los asuntos de la vida en sociedad, así como de fundar y de alterar la legalidad que rige la convivencia humana en pos del bienestar colectivo; la socialidad no debe existir para someter de una vez y para siempre, sino constituirse como la organización a la que se le puede dar forma a través de las decisiones de todos los integrantes. La organización, la instrucción y la disciplina son armas eficaces y hasta ahora son Ellos los que han sabido aprovecharlas. ¿Qué es lo que hace que siendo Ellos tan pocos, puedan someter a tantos Nosotros? Una de las respuestas más certeras es el uso exclusivo que Ellos hacen de la fuerza del Estado; sin embargo, que Ellos sean los que poseen el monopolio total y definitivo del uso de la violencia y la ejerzan solo cuando es justo y necesario en aras del bien para todos es una mentira que nos hemos propuesto derrumbar.

Por paradójico que parezca, la historia de la humanidad demuestra que, para generar las condiciones humanas de existencia, se necesita en ciertos momentos ejercer la violencia como una adecuación social que hace permisible terminar con ciertas formas de vida para generar otras. La violencia destructiva, como la que ejerce el gobierno, sólo concibe destruir sin construir algo superior y distinto que constituya verdaderamente un estado mejor de vida y no sólo para unos pocos. La violencia es constructiva cuando es rebeldía frente a la amenaza de muerte, cuando enfrenta a la muerte personificada por quienes nos someten a la miseria. La violencia, al tener rostro de muerte, nos es presentada como injustificable, sobre todo si atenta contra el poder establecido.

El discurso gubernamental la repudia e invita a preservar el orden, o protestar dentro de los marcos institucionales que no operan de acuerdo al fin para el que fueron creados, como un recurso que le queda para seguir operando bajo la cara de la legalidad y la democracia, presentándose como el resultado histórico de las luchas del pasado. Así, lo violento es presentado como lo anti-estatal; la única política permitida es la actividad esencialmente no-política, acompañada de la resignación. La violencia cultural es la más sofisticada porque guarda al Estado bajo un marco de aceptabilidad y muestra a los enemigos de quienes lo comandan, o sea, a los que luchan contra el mal gobierno, como enemigos de toda la sociedad.

Pero ¿este gobierno mafioso es el único viable en nuestro país? Sabemos que no, otro México es posible y lo tenemos que construir Nosotros los de abajo, desde las organizaciones obreras, campesinas, ecologistas, de colonos, de víctimas de la delincuencia y crímenes del ejército y policías. Nos toca a nosotros, al pueblo mexicano organizado de diferentes formas y recurriendo a todos los medios, armados y no armados, ir construyendo con nuestra rebeldía organizada, un nuevo México en el que todos podamos ser y vivir con dignidad.


El ejercicio de la violencia es para Nosotros un recurso ineludible, pero necesita de un proyecto en el que su uso sea solamente un medio necesario; el proyecto no puede reducirse a destruir otro. Nuestro proyecto es recuperar lo que la vileza de los poderosos nos arrebata, y es nuestra condición humana; nuestro proyecto es de rehumanización de todos los que no formamos parte de su selecto círculo, a diferencia de Ellos que sólo buscan su propio beneficio. Pensar y hacer política pasa por evaluar las condiciones de existencia, nuestras relaciones sociales e inter-personales, transformarlas en cada acto y hacerse cargo de la vida pública. El Estado construye toda disidencia como el enemigo exterminable, todo en el mismo cajón de la criminalidad, y con ello impide que se desarrollen formas organizativas que resuelvan nuestras necesidades y satisfagan nuestras expectativas y legítimas demandas. Hay un punto en el que no se puede hacer nada y las reglas del juego, a las que Ellos mismos no se atienen, nos son aplicadas con toda la violencia estatal-destructiva. La existencia de Ellos como minoría poderosa y dominante y sus formas de operar persistirán sólo en la medida en que Nosotros lo hagamos aceptable.

Fraternalmente:
RED POR LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL
¡CONTRA LA INJUSTICIA Y LA IMPUNIDAD, NI PERDON NI OLVIDO!
Invierno de 2010.


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Segunda de tres.


Los poderosos llaman ley a su propia violencia y crimen a la de los oprimidos… por eso, los oprimidos debemos luchar por el establecimiento de una nueva ley frente a los crímenes de los poderosos, por todos los medios, incluida la violencia…

En México coexisten dos países distintos. Uno es habitado por menos del 10% de la población; son Ellos quienes participan en la política y aplauden los discursos del gobierno de progreso y bienestar porque los viven; es la empresa dirigida y sostenida por quienes poseen y gozan de la mayor parte de la riqueza del país. En contraste el otro México es habitado por más del 90% de la población; y aunque somos la gran mayoría no tenemos ningún peso en las decisiones políticas y económicas.

¿Es posible conocer a los individuos que decidieron el destino de un país entero? El proyecto neoliberal en México se concretó gracias a la actuación de diversos personajes en acuerdo y complicidad. En la figura de Carlos Salinas de Gortari se identifica más claramente el inicio de esta etapa destructiva, cruzando varios intereses y procesos; es un actor principal y es miembro de los círculos más restringidos del control de poder de ese entramado mafioso. Salinas impuso transformaciones (diseñadas desde la cúspide del poder capitalista) en sintonía con Estados Unidos, que no ha abandonado su histórica política intervencionista, apoyado por la elite empresarial y política mexicana de su partido (PRI) y algunos importantes aliados políticos; ha permanecido tras bambalinas desde que dejó la presidencia. De sus más preciados aliados podemos señalar como principal cómplice a un miembro destacado del partido de la oposición leal (PAN), Diego Fernández de Cevallos Ramos, un cacique panista inmensamente rico gracias a su triple carácter de funcionario del estado, empresario y abogado de demandas en contra del erario público.

El Jefe Diego es otro nudo por donde atraviesan múltiples historias turbias. Ahora conocemos de cierto los modos de los trabajos y oficios con los que se maneja, las personas con las que trata y algunas de las que han sido sus más logradas empresas. Con nada que ocultar la mafia ha sido enumerada en las cartas elaboradas y dirigidas por el propio Diego a sus benefactores, reclamándoles apoyo económico en correspondencia a su lealtad y a sus servicios: Carlos Salinas de Gortari, Carlos Slim, Roberto Hernández, Alfredo Harp, Alberto Bailleres, Claudio X González, Lorenzo Servitje, Lorenzo Zambrano, Emilio Azcárraga Jean, Ricardo Salinas Pliego, Bernardo Quintana, Ignacio Loyola, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón, Juan Sandoval Íñiguez, Onésimo Cepeda, Norberto Rivera Carrera, Roberto Madrazo, Jorge Hank Ronh, Santiago Creel, Enrique Peña Nieto, Carlos Romero Dechamps, Elba Esther Gordillo, entre otros. Se establecen diversas relaciones entre empresarios, políticos, la Iglesia, el narcotráfico, las redes de crimen organizado, el ejército, los grupos paramilitares, las televisoras, etc. Estas relaciones están regidas por entendidos más allá de la legalidad, por dentro y fuera de toda apariencia de normatividad; son feudos de una maraña de poderes en pugna y con el control del país.

Diego Fernández de Cevallos acumula una larga pero poco honrosa carrera de impunidad y enriquecimiento. Por ejemplo, como amigo y abogado del millonario Alberto Bailleres (Presidente de Grupo Bal y dueño de El Palacio de Hierro y Seguros GNP), defendió a la empresa MetMex Peñoles contra las madres de más de 11,000 niños envenenados por la contaminación ocasionada por la fundidora en Torreón Coahuila. Ni las movilizaciones ni demandas penales de los afectados tuvieron éxito, pues la poderosa empresa estaba jurídicamente blindada contra las demandas populares gracias a las artes litigantes de su abogado a quien la justicia es lo que menos importa.

Uno de los principales logros de la historia de México, fue haber logrado la separación de la Iglesia católica y el Estado. Debe añadirse a los libros de texto que esa lucha culminó con una amable reconciliación cuyo mediador fue el mismo Diego Fernández de Cevallos en complicidad con los más altos mandos de la Iglesia y Carlos Salinas de Gortari. Ellos modificaron en 1992 los artículos constitucionales 3, 5, 24, 27 y 130 y en julio del mismo año se promulgó la Ley de Asociaciones Religiosas y de Culto Público, así como el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre el Estado mexicano y la Santa Sede, representando el inicio de una inédita etapa en la historia contemporánea de México, cuyas consecuencias políticas y sociales empiezan a perfilarse. Iglesia como aparato aliado de las elites y parte fundamental de éstas a través de la historia, además de fungir como vínculo con los pobres; es más bien un supra Estado, férreamente centralizado, feudal, totalitario y ultraconservador. A través del jefe Diego y Carlos Castillo Peraza del PAN, se selló un nuevo pacto entre la Iglesia y el Estado, dotándolas de permiso para acumular bienes materiales heredables, además de la facultad de intervenir en la educación. Para hacer oficial el reconocimiento, las Iglesias debieron solicitar su registro ante la Secretaría de Gobernación. No resulta sorpresivo que el primer registro, el oficio 001, sea de la Iglesia Apostólica Romana, cuya copia enmarcada con una agradecida dedicatoria (Para Diego Fernández de Cevallos. Con gratitud y cariño. G. Prigione) cuelga en el despacho de Diego Fernández de Cevallos. Esta ley sustituía a la de 1926, cuando Calles selló la separación Iglesia-Estado iniciada por Benito Juárez.

Ahora sabemos que la revelada relación entre los gobiernos mexicanos y el narcotráfico ha sido una constante. Lo que en un inicio fue un jugoso negocio controlado con acuerdos y cuotas pactadas se ha convertido en un mercado en disputa donde el gobierno no ha dejado de favorecer al ala que lo ha nutrido. Desde finales de los ochentas la diferencia entre el narco y el Estado comenzó a desdibujarse y no se sabía quién era quién. Raúl Salinas bajo el consentimiento de su hermano Carlos, Mario Arturo Acosta Chaparro, Francisco Quiroz Hermosillo, Nazar Haro, Juan Sandoval Íñiguez, Rubén Figueroa (padre e hijo), Diódoro Carrasco, Ulises Ruiz, Mario Marín, Jorge Tello Peón, Genaro García Luna, por mencionar a algunos de sus principales actores, han sido contacto y beneficiarios, y no podía faltar Diego Fernández de Cevallos. Su relación con la muerte del Señor de los Cielos (desmentida por García Calderoni) y haber recibido algunos millones de dólares procedentes del narco, parecen asuntos menores en comparación con la estrecha relación del gobierno y el desarrollo y consolidación del narcotráfico en México. México vive el contexto más violento desde la Revolución mexicana, como consecuencia del proyecto Irán-contra, impulsado por el gobierno de los Estados Unidos desde la década de los ochenta, por medio del cual permitió el tráfico de drogas de Latinoamérica a la Unión Americana, pactando con personajes de la talla de Pablo Escobar, Caro Quintero y el propio Señor de los Cielos, a cambio de recursos para combatir los movimientos insurgentes en Centroamérica. El gobierno de Estados Unidos fomentó la actividad del narco, sin importar las implicaciones que esta actividad tenía en los lugares donde se promovía (sobre todo Colombia y México) a cambio de exterminar a la disidencia política; la herencia que nos queda del Irán-contra es el inmenso poder económico y de combate que acumularon los carteles del narcotráfico en nuestros países. México fue cómplice de dicho plan, y ahora todos Nosotros pagamos las consecuencias del crecimiento del narcotráfico a niveles que ni el Estado puede controlar, además de la falsa guerra emprendida, pues es absurdo luchar contra quien uno mismo ha creado.

A través de esta compleja y poderosa mafia, Diego Fernández de Cevallos fue pieza central para concretar el cambio de México a un Estado mínimo (sin responsabilidades sociales y de economía abierta, privatización y apertura comercial a capitales trasnacionales), además de diversos cambios de legislación que implicaron quiebres históricos para México. Desde la legitimación del fraude realizado contra Cuauhtémoc Cárdenas, la venta de las empresas paraestatales, la privatización de la banca mexicana, la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, hasta el reconocimiento jurídico de la Iglesia católica (dando vuelta atrás a más de 100 años de lucha por la separación de la Iglesia y el Estado) y la reforma al artículo 27 de la Constitución (considerado como el máximo triunfo de la Revolución de 1910), aniquilando no una forma de producción económica (los ejidos) sino la base de la identidad de muchas culturas; conocemos a los responsables directos de la actual realidad mexicana.

Estas personas, fieles a una lógica que niega de facto el derecho a la vida digna de la mayor parte de la población mexicana, han prostituido los bienes y recursos de la nación, se han servido de ella, la han disfrazado, mutilado y traicionaron su historia… a cambio, se hincharon de poder político y económico. Es alta traición llevar adelante todas estas operaciones e igualmente grave legalizar su operación garantizando su impunidad al armarse una propia justicia; ni siquiera en su lógica son inocentes. Han tenido la osadía de abanderar y operar un proyecto anti-patriótico que renuncia a honrar la memoria histórica y que confina a la gente a la miseria como forma general de la existencia.

El país se desmorona ante sus ojos atónitos que no dan crédito a lo que ven; se deshace por causa suya sin que discursos y fanfarrias mediáticas puedan convencernos de que vamos con rumbo cierto a la solución de los múltiples problemas que históricamente persisten en el país; la nación se desangra a borbollones y no desean admitir que ellos y solamente Ellos, han saciado su hambre de riqueza desmedida y poder político inconmensurable a costa de una patria exangüe y anémica.

Más de 30,000 muertos sin contar a aquellos que deambulan en el anonimato; más de 200, 000 encarcelados por haber encontrado como opción de vida la delincuencia; casi 8 millones de jóvenes desocupados que bien podrían alimentar los grupos delincuenciales, de esquiroles o la drogodependencia. La pérdida progresiva de visión de futuro y de perspectiva para los jóvenes que miran como opción de vida el enriquecimiento rápido a través de su inserción dentro del mágico mundo de la cultura de las televisoras o dentro de las huestes del narcotráfico. La extinción de fuerzas de trabajo para defender los intereses de Ellos, a través de la privatización de empresas y recursos del país; la pauperización de condiciones de trabajo y de salarios para mantener fuentes de empleo. La militarización del país, la criminalización de la disidencia política, la paramilitarización de las policías, la extinción de los derechos humanos bajo argucias legales y extralegales, entre éstas la impunidad de los militares bajo el concepto de fuero militar, el incumplimiento de las garantías individuales plasmadas en la Constitución para dar paso a la inconstitucional figura del arraigo.

Este es un fragmento del México que han dejado como saldo para nosotros una larga dictadura, la seudo-transición y las complicidades partidistas. Si recortamos nuestra descripción a los últimos 25 años… ¡qué curioso! encontramos a los mismos delincuentes que habíamos denunciado antes y entre ellos a Diego Fernández de Cevallos.

Estos delincuentes de cuello blanco han saqueado a la Patria, han organizado sus grupos y acciones para poder gozar del poder y enriquecerse de manera prepotente bajo el manto de su protección. Han aprovechado sus estancias en los órganos estatales y se han servido de ello para obtener ilegal e ilegítimamente beneficios económicos, políticos e ideológicos para ser Ellos y solamente Ellos los únicos y eternos beneficiarios.
Aseguran el nombramiento de Secretarios de Estado, de Seguridad Pública, Procuradores Generales de la República, Gobernadores y Presidentes municipales de algunas entidades, Senadores, Diputados, Asambleístas y diversos cargos de elección popular para posicionarse política y económicamente. Negocian y pactan reconocimientos y prebendas para asegurar su lugar en el poder político y económico. Defienden fraudes políticos, económicos y jurídicos y los apoyan económica, ideológica y políticamente; sin menospreciar las jurídicas y judiciales. Hasta parece un retrato hablado. La impunidad les cubre a lo largo de su vida como aureola de santidad. Niegan para sí mismos que el pueblo, las organizaciones de que disponen y sus redes de acción no los alcanzarán con su brazo de justicia y legitimidad; sin embargo esto no es así.

Ellos se manejan de acuerdo a principios y valores que en la práctica niegan la posibilidad de vida plena para Nosotros. Han gozado de la posibilidad de ejercer la violencia de manera legal e ilegal, visible e invisible no sólo contra las expresiones armadas organizadas sino en escarmientos contra cualquier demostración de hartazgo e insubordinación social. Estos principios y valores son reproducidos todos los días por individuos con poder local (en las colonias, en los municipios, en pueblos y ranchos) que de manera miserable maltratan y menosprecian a la gente aprovechando la constante de la pobreza. La transformación de todo esto pasa por erradicar estas conductas que encuentran en el provecho del ejercicio impune del poder económico, político, religioso, etc. su hábitat para garantizar sus privilegios a costa de los demás.

No se les están imputando responsabilidades abstractas sino crímenes concretos, hay actos solapados y manejos que aun dentro de su propio estado de derecho son injustificables; el crimen es su práctica y el cinismo su estampa. Nosotros, construyendo poder popular, nuevas formas de justicia y sanciones podremos mostrar que nadie, ni siquiera Ellos permanecerán impunes.

Fraternalmente:
RED POR LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL
¡CONTRA LA INJUSTICIA Y LA IMPUNIDAD, NI PERDON NI OLVIDO!
Invierno de 2010.


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Tercera de tres.


La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.

Artículo 39 constitucional

A estas horas

ay, amigos míos, artesanos,
pintores, astrónomos, marineros,
estamos despiertos. Es trabajo
nuestro el de arreglar algunas cosas.

Diego Fernández de Cevallos parecía intocable hasta aquella noche en que su pasado oscuro lo alcanzó. Y, muy a su pesar, tuvo que responder de algunos de sus actos y verse en el espejo de nuestra mirada… espejo que al hacerlo prisionero reflejó su hechura de corrupto, prepotente y voraz expropiador, demostrando un hecho fundamental: siempre que como pueblo nos atrevamos a luchar contra la injusticia, no habrá felonía que quede impune.

Diego Fernández de Cevallos Ramos (DFCR) es uno de los políticos que mayor responsabilidad tienen en el sostenido proceso de hecatombe económica, política y social que la elite dominante ha impuesto y desplegado en nuestro país de 1982 a la fecha, por medio de un entramado mafioso que opera dentro y fuera de las instituciones estatales; este proceso depredador vino a profundizar, bajo la criminal bandera neoliberal, las de por sí deterioradas condiciones de vida de los hombres y mujeres que viven en México, generando la mayor contrarreforma y el mayor retroceso histórico en nuestro país en lo que a bienestar social se refiere.

DFCR es uno de los políticos que más se ha caracterizado por el abuso del poder, el tráfico de influencias y el enriquecimiento a costa del erario y de los bienes de la nación, legislando en pro de los grandes monopolios (financieros, de comunicaciones, alimentos, construcción, transportes, etc.) asesorando a las mafias del poder y litigando a favor de los grandes capos del narcotráfico. Es uno de los principales cómplices y operadores del fraudulento proceso electoral que se ha perpetrado sistemáticamente en nuestro país, desde el ocultamiento del fraude que impuso en 1988 a Carlos Salinas de Gortari en la presidencia mediante la quema de boletas electorales hasta la organización del fraude que en 2006 impuso a Felipe Calderón Hinojosa. Es uno de los principales encubridores de los responsables de la guerra sucia y contrainsurgente desplegada por el régimen priista y ahora por el PAN contra los movimientos sociales, armados o no, convirtiéndose en uno más de los cómplices de la existencia de incontables perseguidos, torturados, asesinados, presos y desaparecidos por motivos políticos. Es un responsable directo de la inserción subordinada de México al bloque de países capitaneados en nuestro continente por el imperialismo estadounidense y, en consecuencia, del desmantelamiento industrial, la ruina del campo, la masiva migración, de la pauperización de la vida en general y el saqueo de nuestros recursos.

En breve, Diego Fernández de Cevallos Ramos es un operador de la oligarquía neoliberal y de la ultraderecha fundamentalista, un traficante de influencias, un mercenario de los juzgados, un legislador a sueldo, un rentista de la crisis y un defensor de los grandes capos de la droga. Por ello su aprehensión fue una actividad pensada y realizada como un acto de desagravio.

Tomarlo prisionero, exhibirlo y obligarlo a devolver una milésima de lo robado constituyó además un golpe político a la plutocracia y a sus instituciones; una demostración de la voluntad de lucha y de la capacidad operativa de los descalzonados, como él nos denomina; una demostración de que nadie, por poderoso que sea, puede ser intocable; una demostración de que con unidad de acción se puede doblegar la voluntad del enemigo y combatir la impunidad.

Pocas veces se había percibido el miedo, la confusión y el enojo que una imagen puede generar en la poderosa elite gobernante, como lo hizo la primera foto del jefe Diego cautivo que empezó a circular en internet, y que los medios de comunicación se vieron obligados a difundir. En ella se le pudo observar no con la prepotencia ni el cinismo de los que ha hecho gala el trasnochado encomendero a lo largo de su vida personal y política, sino en la total indefensión, casi parecida a la que vivimos y a la que hemos sido sometidos la mayoría de mexicanos, sólo que con una notable diferencia: A Diego le fue respetada su integridad física sin el desprecio que por la vida humana demuestra el poder con Nosotros.

Con base en los resultados de este acto, consideramos necesario compartir la convicción de que si quienes somos pueblo logramos organizarnos en una sola voluntad política nacional, en una colosal fuerza social organizada, podremos hacer frente común a la injusticia y a la impunidad, a fin de derrotar a nuestros opresores y acordar la organización de una sociedad verdaderamente humanizada. Y pese a tener innumerables imputaciones en su contra y de que miles de ciudadanos exigen su legítima ejecución, conscientes estamos de que la verdadera solución a la crisis que vive el país no está en liquidarlo, sino en la capacidad del pueblo para organizarse y retomar las riendas de su propio destino, recurriendo a todos los medios a su alcance.

Como parte del pueblo organizado decidimos realizar una tarea, la responsabilidad es nuestra. Creemos firmemente que reapropiarse del uso constructivo de la violencia es legítimo y hemos actuado en consecuencia.

Esta tarea es parte de un proyecto más grande e importante: participar en la construcción del poder popular para transformar este país transnacionalizado en una verdadera patria digna, libre y nuestra. ¿O es mucho soñar con que las riquezas de México sean para la mayoría de los mexicanos? ¿Es ambicioso soñar con un país productivo que pueda dar trabajo y remuneración digna a sus hijos? ¿Es un sueño guajiro pensar que somos los 90 millones de pobres quienes debemos tener la posibilidad real de tomar las decisiones importantes en el modelo económico, político y cultural que deseamos? ¿Es mucho pedir un México para todos los mexicanos?

Fraternalmente:
RED POR LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL
¡CONTRA LA INJUSTICIA Y LA IMPUNIDAD, NI PERDON NI OLVIDO!
Invierno de 2010. 
  Las normales rurales en el centenario de la Revolución por Tanalís Padilla

Apartir de los años 60 del siglo pasado, desde los círculos oficiales, las normales rurales han sido calificadas una y otra vez como centros radicales. Nidos de comunistas”, “kínderes bolcheviques”, “semilleros de guerrilleros”, son algunos de los epítetos con los que se ha forjado la leyenda negra en torno a estas instituciones. A partir de esta caracterización se han justificado continuos ataques a escuelas que en su inicios fueron el eje central de la política educativa revolucionaria. En este año, que con tanto fervor se pretende celebrar el centenario de la Revolución, haría bien recordar algunos de sus principios.

Las normales rurales provienen del proyecto cardenista, que en su seno contenía importantes reformas sociales. Para el campo, la principal fue el reparto agrario, pero muy vinculado a ella estaba el acceso a la educación, ya que presentaba una posibilidad de abandonar la eterna condición de pobreza del campesino. Más aún, hacer de la escuela un derecho y no un privilegio al que sólo tiene acceso el grupo adinerado, representó un marcado contraste con el régimen porfirista.

Los arquitectos de la educación rural enfatizaban el deber que tenían los maestros rurales de ser líderes en las comunidades. De allí debían promover valores cívicos y combatir el poder del hacendado y del clero. La política educativa oficial proponía un análisis de clase para entender la desigualdad. Desde este contexto, la injusticia no era un estado natural, ni la voluntad de Dios, sino resultado de la apropiación por unos cuantos de lo que debía de ser de todos. No sorprende que tanto los terratenientes como la Iglesia se hayan opuesto a la educación revolucionaria.

Desde esta lógica, la política educativa dio a alumnos y maestros herramientas para oponerse a la injusticia. No sólo su propia experiencia como hijos de campesinos hacía evidente la gran disparidad en la distribución de recursos, sino que llegar a una escuela y verse rodeados de compañeros que provenían de las mismas condiciones alentaba un proceso colectivo y una voluntad de oponerse a viejas –y nuevas– estructuras de explotación. De allí esa particular sensibilidad de los normalistas rurales hacia la injusticia.

Esta sensibilidad los ha llevado a lo largo de los años a participar en todo tipo de luchas sociales. Estudiantes y maestros de las normales rurales han sido indispensables defensores del patrimonio revolucionario. Asimismo, han participado en la defensa de sus propias escuelas, luchas sindicales independientes, invasiones de tierras y movilizaciones en contra del constante desmantelamiento de las conquistas sociales plasmadas en la Constitución de 1917. El que sus causas o métodos parezcan radicales es un indicio de la magnitud de la agresión que sufren. Como lo expresó en 1966 una proclama de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, organización que agrupa a los alumnos de las normales rurales: “Siempre los oímos [a los gobernantes] hablando en defensa del ‘régimen de derecho’, de la legalidad de los procedimientos, y siempre condenan a los que reclaman y ejercen un derecho” (AGN-DFS 100-5-1-66, L17 H 290-291).

En 1969, una carta que protestaba por el cierre de 15 de las 29 normales rurales existentes entonces, declaraba ante la Secretaría de Educación Pública, “si ustedes mismos están siempre porque no haya analfabetas, que haya educación en México, ¡¿en qué forma?! si ahora quieren que desaparezca la única esperanza del campesino, que son las normales rurales” (SEP-Archivo, C-101; E-1341).

Mientras que los dramáticos casos del asalto al cuartel Madera donde participaron maestros de normales rurales, y la lucha guerrillera de Lucio Cabañas, egresado de la normal rural de Ayotzinapa, parecieran confirmar la reputación de estas instituciones como centros subversivos, la realidad es mucho más compleja. Como en otras instancias, la opción por las armas en estos casos se dio sólo después de una larga trayectoria de lucha pacífica en donde la respuesta gubernamental fue la mano dura.

La radicalidad de las normales rurales proviene del derecho que tienen los pobres a una educación gratuita. Si analizamos su proceso histórico vemos que no son ellas sino la política educativa oficial, la que se alejó de los ideales de la educación pública. Habría entonces más bien que preguntarse no sólo ¿por qué son radicales?, sino ¿qué significa esa radicalidad en el actual contexto mexicano?

Los orígenes de las normales rurales, su dinámica interna, los vínculos que se crearon con las comunidades agrarias, y sobre todo, las oportunidades que dan a jóvenes del campo, constituyen una agrupación de los valores más elementales que pretendieron dar forma al Estado revolucionario. No deja de ser una lamentable ironía el que en el centenario de la Revolución Mexicana esos ideales no tengan eco en la política oficial, y, por el contrario, que se les demonice desde la cúpula del sindicato de maestros.

 
domingo
  El asalto a las normales rurales por Luis Hernández Navarro

A Elba Esther Gordillo no le gusta el normalismo, mucho menos las normales rurales. Apenas el pasado 5 de agosto, al participar en el seminario La nueva sociedad: una nueva educación y una nueva política, volvió a la carga contra ellas. “Hemos planteado muchas veces a las autoridades –dijo– que si se cierran algunas de las normales rurales va haber mucho alboroto de los jóvenes. No se olviden que las normales rurales han sido semilleros de guerrilleros, pero si no hacemos esto van a seguir con lo mismo.”

No hay en la historia profesional de Doña Perpetua razones de fondo para identificarse con el normalismo. A diferencia de la mayoría de los maestros de educación primaria pública del país, ella no estudió para ser profesora en una escuela Normal. En 1960 asistió a los cursos del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, una institución creada por el presidente Manuel Ávila Camacho para regularizar a maestros que impartían clases sin capacitación previa y sin título. Comenzó a trabajar en Ciudad Nezahualcóyotl sin haber conseguido el título, pero “sus protectores –cuentan Arturo Cano y Alberto Aguirre– pusieron como condición que terminara sus estudios”.

Afirmar, como hace Elba Esther, que “las normales rurales han sido semilleros de guerrilleros”, es una barbaridad sin fundamento. De la misma manera en la que de las filas de esas escuelas han salido disidentes políticos y sociales, también han egresado maestros que se han convertido en importantes políticos priístas, caciques, líderes sindicales charros (Carlos Jonguitud es egresado de la Normal Rural de Ozuluama) y funcionarios del sector educativo. La lista es muy larga. Cito, tan sólo, dos ejemplos: Enrique Olivares Santana y Liberato Montenegro.

Enrique Olivares Santana fue una figura clave de la política mexicana. Su biografía es emblemática de la trayectoria pública de la vieja guardia priísta. Nacido en 1920, masón, fue líder sindical y dirigente campesino, llegó a ser secretario de Gobernación entre 1979 y 1982, gobernador de Aguascalientes, presidente del Senado, secretario general del PRI, diputado local y federal y el primer embajador de México en el Vaticano. Estudió en la Normal Rural de San Marcos, Zacatecas.

Liberato Montenegro es un emblema del sindicalismo charro. Es el prototipo del cacique gremial. Aunque nació en Jalisco en 1938 es el hombre fuerte del magisterio nayarita, Diputado y senador tricolor, su imperio abarca de la más modesta escuela a parte de la clase política estatal. Él decide el destino de los maestros en su entidad. En los últimos 23 años ha impuesto al menos a 54 alcaldes electos y a 35 diputados locales, todos miembros del SNTE. Era casi un niño cuando ingresó al internado de la Escuela Normal Rural de Xalisco, en territorio nayarita, de donde fue dirigente de la Sociedad de Alumnos Emiliano Zapata. Se convirtió en presidente de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM).

Roberto Meza, antiguo dirigente de la disidencia magisterial de Hidalgo, ha explicado el proceso mediante el cual algunos normalistas rurales se vuelven dirigentes charros. “Los caciques –dice el maestro– por inercia social, mandaron a sus hijos a las normales rurales, donde estudiaban los hijos de quienes los cuestionaban en el campo. De allí salieron dirigentes sindicales con nexos familiares con los caciques. Otros como Manuel Sánchez Vite (ex dirigente del SNTE) y Onofre Hernández fueron más allá. Entraron de lleno a la estructura sindical y se convirtieron en caciques burocráticos.”

Las declaraciones de la maestra contra las normales rurales no son novedosas. Forman parte de una leyenda negra alimentada desde el poder desde que, en julio de 1940, una veintena de ellas se fue a la huelga exigiendo mejor alimentación, reconstrucción de sus edificios escolares y dotación de material de estudios. A partir de ese momento comenzaron a recibir acusaciones de ser “semilleros de comunistas”. En 1950 el gobierno de Miguel Alemán anunció el cierre de algunos planteles y la reducción de los años de estudio, argumentando que las escuelas se habían convertido en “viveros de líderes” y que muchos estudiantes se cambiaban a la UNAM para seguir sus estudios. La respuesta de los jóvenes frenó a la medida.

Sin embargo, es cierto que estas instituciones educativas han sido una incubadora de organizadores sociales. José Santos Valdés, uno de los grandes héroes pedagógicos del país –ahora casi olvidado y ninguneado–, decía que los maestros rurales debían ser líderes de su comunidad. Así ha sido. De sus aulas han salido dirigentes populares comprometidos con la transformación social. La lista es muy grande: Lucio Cabañas; los profesores Rafael Martínez Valdivia y Miguel Quiñones Pedroza (fallecidos en el ataque al cuartel Madera el 23 de septiembre de 1965); Misael Núñez Acosta (asesinado en 1981 por pistoleros a sueldo del SNTE); también organizadores campesinos como Ramón Danzós Palomino, Álvaro López, Emilio García y Vicente Estrada.

Pero considerar ese compromiso como muestra de que las escuelas son “semilleros de guerrilleros” es un despropósito destinado a justificar la represión contra los muchachos y cerrar las instalaciones escolares críticas con Gordillo. Los egresados de esos centros educativos tienen una indudable vocación de enseñanza. Miles de maestros salidos de ellas dan clase en condiciones muy difíciles.

Entrevistado por la revista Contralínea, el Comité Central de la FECSM rechazó denuncias parecidas. “Son semilleros de buenas personas: críticas, analíticas y reflexivas –respondió–. Estas escuelas abren la mente de la gente, le muestra la injusticia que hay. La misión de los profesores rurales es enseñar a la gente cuáles son sus derechos.”

La acusación de Gordillo contra las normales rurales es parte del asalto contra ellas en marcha. Un asalto que busca desaparecer una de las experiencias pedagógicas más interesantes y ricas que se han vivido en el país.

 
  Algunos datos .

"A escala mundial, el número de los sacerdotes del mundo ha pasado de
420.971, en 1978, a 404.208, en 1997. En los últimos veinte años, se ha
experimentado una disminución de 16.763 unidades." 1 En los siguientes años, empero, se sumaron unos 4 mil sacerdotes. Los datos para Estados Unidos indican que, para 2009 había, 40 666 sacerdotes. 2

Si estas son las cifras oficiales de secerdotes católicos en el mundo, contrástese con los siguientes datos:

"La Iglesia católica en Estados Unidos ha gastado más de 2 mil 200 millones de dólares en indemnizaciones a 15 mil víctimas de abusos sexuales de cuatro mil sacerdotes y religiosos procesados." 3

Estaba sorprendido de estos últimos datos, pero ahora que leo que son 4, 000 sólo en Estados Unidos, cerca del 10% de los curas del país, me quedo simplemente estupefacto. 
jueves
  Un primer ensayo de respuesta .

Me gustaría mucho retomar el discurso público. Pero ocurre que el público no está necesariamente interesado en mi vida privada. Me gustaría entrar en debates políticos, pero es momento de guardar silencio, de organizar en silencio. (Aunque sólo sea organizarse a uno mismo).

Tengo que decir, sin embargo, que muchas cosas me han ocurrido este último año. Muchas cosas que se apelotan en el corazón y en el estómago y que enturbian un poco la mirada. Son cosas que iluminan el camino, que animan, pero que obligan a oscurecer otros. Son decisiones que no pueden terminar de tomarse, o para emprenderse tienen que pasar por un proceso de luto. Vivo eso, una nueva vida y guardo silencio ante la muerte de la anterior. Es algo así como un rito de paso, creo. En todo caso, son días en que se requiere algo así como meditación trascendental para seguir el paso de los días.

En este contexto es difícil escribir algo que valga la pena, así que sólo comparto lo que he hecho y lo que sólo ayuda a difundir información. 
martes
  José María Morelos y Pavón .

Nació en Valladolid, hoy Morelia, en el año de 1765. Después de dedicarse a las labores del campo, con un gusto por las letras que se había desarrollado en forma autodidacta, Morelos ingresa en Morelia al Colegio de San Nicolás. Tenía 24 años cuando conoce a Don Miguel Hidalgo, que era el rector de esa institución. El “padre de la patria” representó, desde esos momentos, una figura de gran influencia sobre Morelos. En 1795 se gradúa como bachiller y unos tres años después se ordena como sacerdote. (Al igual que Hidalo, no respetó el voto de castidad y tuvo al menos 5 hijos).
Morelos trabajó en la zona caliente. En la zona colindante entre lo que hoy es el Estado de Michoacán y el estado que lleva su nombre, el Estado de Morelos, fue cura de pequeñas poblaciones. Hurecho, Carácuaro y Nocupétaro son algunas de las poblaciones en las que ofició. Morelos aprendió, además, en su estancia en tierra caliente los rudimentos del comercio y ayudó a las comunidades a vender los productos que producían, organizando una red de arrieros que transportaban los productos de las comunidades a la ciudad de Valladolid.
Cuando Hidalgo se levantó en armas contra el Imperio Español, Morelos se fue a entrevistar con él cuando pasaba por el hoy Estado de Michoacán. Hidalgo le encargó organizar la rebelión en la zona suroeste de la Nueva España y ahí comenzó y mantuvo la insurgencia, hasta la fecha de su muerte. Morelos, a diferencia de la experiencia de Hidalgo, no lideró masas. Morelos organizó un ejército bien articulado y se negó a sumar a él a grandes poblaciones que querían pelear con él.
Promovió, por el contrario, una estructura de abastecimiento que incluía el apoyo agrícola de cientos de comunidades que producirían lo necesario parra el mantenimiento de las fuerzas armadas. Morelos sentó las bases para una larga insurrección que, en efecto, tuvo una diversidad de etapas y que no logró consolidarse sino hasta 11 años después del alzamiento de Hidalgo.
Morelos, además, representa un mando militar que se subordina ante las autoridades civiles. Morelos siempre estuvo a la orden las autoridades que el propio movimiento fue estableciendo, primero con la Suprema Junta Nacional, que encabezaba Ignacio Rayón y después el Congreso que crearía la Constitución de Apatzingán, las primeras leyes del país.
José María Morelos fue además un estratega extraordinario que mantuvo en jaque a las autoridades imperiales a lo largo de más de tres años. Sus éxitos militares le permitieron tomar las ciudades de Acapulco, Tixtla, Izúcar y Taxco y resistir, de manera heroica el sitio que el general calleja le impuso en Cuautla. Morelos y sus fuerzas, completamente sitiados por las fuerzas militares enemigas resistieron 63 días y noches en 1812 hasta que, logrando romper el cerco y avanzar, al poco tiempo a tomar la ciudad de Oaxaca. Ese mismo año, el incansable Morelos escribió un documento en el cual presentaba a los diputados del Congreso de Apatzingán, lo que pensaba debían ser los lineamientos generales de la nueva república, de la República Mexicana. A este documento se le conoce como Los sentimientos de la nación. Ahí declara que América es libre e independiente de España y de toda otra nación, gobierno o monarquía”. Que en estas nuevas tierras todos son iguales, “que sólo se distinguirá a un americano de otro el vicio y la virtud”. Morelos luchó por la independencia de la Nueva España, pero también de toda América.
Morelos luchaba por la libertad y, lo que es más importante, por la igualdad. Se trataba de romper los lazos de servidumbre y esclavitud. En un mundo donde las diferencias sociales se marcaban desde las castas, desde el color de la piel, Morelos luchó por crear una nueva nación en la que sólo pudiera distinguirse a los hombres por sus virtudes y sus vicios, por lo que ellos mismos hacían y no porque pertenecieran a cuan o tal familia, por ser de tal color, por ser de tal casta.
Rodeado por sus más cercanos colaboradores, los Bravo, Galeana y su lugarteniente, Matamoros, a Morelos había que detenerlo o avanzar más rápido que él para poder protegerlo, pues su valentía y arrojo eran incontenibles. Al fragor de la batalla, sus aliados fueron menguando sus fuerzas y muriendo. Morelos quedó sólo en la batalla y fue aislado y atrapado. Después de degradarlo (de quitarle el derecho a oficiar misas), se le condenó a muerte. El 22 de diciembre de 1815 murió fusilado. La insurrección, sin embargo no se detuvo y fueron dos de los insurgentes más cercanos a Morelos quienes lograron promulgar finalmente la independencia de México: Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero. La lucha de Morelos no sólo tuvo continuadores, sino que logró darle el carácter de igualdad e independencia a México. Eso hace de José María Morelos y Pavón uno de los más grandes mexicanos. 
lunes
  Miguel Hidalgo .

Miguel Hidalgo y Costilla tenía 57 años cuando el 16 de septiembre de 1810 convocó a la independencia de México. Había nacido en 1753 en Corralejo, Guanajuato.

Iniciador de la revolución de la Independencia, el llamado “padre de la patria” había sido un teólogo reconocido y era un ávido lector. Habiéndose ordenado como sacerdote [en 1778], realizó estudios en el Seminario de San Nicolás en la ciudad de Valladolid, hoy Morelia, en el estado de Michoacán. En 1776 se convirtió en profesor de dicho instituto destacándose hasta convertirse en tesorero, vicerrector y, finalmente, en rector. Su ánimo inquieto lo llevó a dejar el trabajo académico y a convertirse en un cura de pueblo, primero en San Felipe Torres Mochas, en Guanajuato, y después en Dolores, Hidalgo. Ahí, se dedicó a promover pequeñas industrias familiares, promoviendo entre pobres e indígenas la producción de loza y la apicultura, el cultivo de viñedos y la cría de gusanos de seda.

Bajo el dominio del imperio español, las iniciativas de Hidalgo, como la del resto de los americanos, se veían impedidas por el creciente cobro de impuestos que el debilitado imperio pedía para mantenerse. America financiaba la opulencia española. Después de tres siglos de explotación, el descontento comenzaba a manifestarse. Miguel Hidalgo sólo prendió la mecha.

Ante las condiciones que enfrentaban los americanos, Miguel Hidalgo, junto con un grupo de militares y comerciantes de la región, planeó una revuelta que terminara con el dominio de los españoles sobre la Nueva España expulsara a los españoles de América y permitiera la independencia. El alzamiento se planeó para el mes de octubre, pero tuvo que adelantarse debido a que las autoridades españolas descubrieron el complot. Hidalgo, ya perseguido por el ejército realista, se dirigió a la multitud y los convocó a pelear por la libertad. Un pueblo con la voluntad que nace de años de la humillación, se alzó contra el opresor. Hidalgo proclamaba: “Haremos uso libre de las riquísimas producciones de nuestro país y a la vuelta de pocos años disfrutarán sus habitantes de todas las delicias de este vasto continente”.

Miguel Hidalgo era un políglota, pero además de saber latín, italiano y francés, hablaba otomí, náhuatl y tarasco, idiomas indígenas que le permitieron comunicarse con la población campesina que había sido humillada y explotada a lo largo de tres siglos. Les habló en su lengua y los convocó a pelear por un mundo sin esclavitud, sin opresión. Hidalgo fue el primero en proclamar la abolición de la esclavitud en tierras americanas y lo hizo cuando intentaba formar un gobierno que permitiera una nueva forma de organización política. Años después se le reclamará el haber encendido la voluntad de revancha.

El alzamiento inició en Dolores y rápidamente se dirigió a la ciudad de Guanajuato. En aquella ciudad tuvo lugar el acontecimiento más sangriento del levantamiento, una masacre que dejaría impresionados a todos, al gobierno español, a los criollos que pudieran albergar alguna simpatía por el movimiento y, sin duda, a miles de indígenas. Las fuerzas espontáneas y mal armadas que había intentado organizar Hidalgo atacaron la ciudad de Guanajuato. Los españoles y la gente rica, en general, se habían refugiado en una gran fortaleza, en la parte más alta del cerro: la alhóndiga de granaditas. Hasta ahí llegaron las fuerzas de Hidalgo y logrando entrar, matando a todo aquel que encontraron a su paso.

Hidalgo continuó su avance militar con rumbo a la capital del reino de la Nueva España y, a pocos kilómetros de ésta, una vez derrotadas las fuerzas realistas en el Monte de las cruces, el 30 de octubre de 1810, decidió dar marcha atrás en su avance y dirigir las tropas a la ciudad de Guadalajara. ¿Por qué no atacó la ciudad? ¿Por qué no atacó el centro neurálgico del imperio? ¿Por qué no realizó el ataque final? Quizá temió por la masacre que enfrentaría, por lo cruento de un nuevo enfrentamiento. Hidalgo miró a la ciudad y se retiró a una ciudad menos importante, dando tiempo a las fuerzas monárquicas españolas a reagruparse.

Perseguido hasta Chihuahua, Hidalgo fue finalmente derrotado y murió fusilado el 30 de julio de 1811. Su cabeza, junto con la de otros tres líderes del movimiento fue trasladada y puesta en una de las esquinas de la alhóndiga de Granaditas, donde se había cometido el asesinato de la población más acomodada de Guanajuato. Colgaron su cabeza como escarmiento y como amenaza, la colgaron en una jaula y ahí la dejaron, bajo la lluvia, bajo el sol, presenciando el paso del viento y las aves. Ahí permaneció hasta 1921, cuando finalmente se consumó la independencia de México. Poco más de diez meses duró el primer intento por independizar a México. Poco más de diez años estuvo la cabeza de Hidalgo esperando a que la bajaran. 
martes
  III .

No es que quiera recordarme lo patético que soy, sólo que de a ratos me veo bien el pie izquierdo, continúo mi recorrido visual por la pierna, me acomodo frente al espejo para continuar mi auscultación y, después de un rato, sólo puedo torcer el gesto y desaprobar sonoramente: Chaaale!

Después… nada, sólo el silencio y despertar, a media noche, en la sala de mi casa. 
viernes
  Dos .

La vi a ella cuando se escurría por el teléfono. Se había detenido un instante en sus tareas diarios y (aunque estuviera muy clavado, como dijo poco después) había decidido hablarle. Marcó el teléfono. Algo sabía de esa voz que contestaba, algo de ese timble le hacía temblar los huesos. Hablaron del diario pasar de las horas, de los trabajos interminables, de las tareas pendientes. Recordó cada uno por su parte, en silencio, lo mucho que se habían estremecido. Se despidieron evitando la intimidad. Llevándose en el corazón un pétalo fresco, una tonada, una caricia en la frente. 
  Lo vi otra vez .

Lo vi en la pantalla. Se me apareció de pronto. Había dejado la comunicación con una linda mujer de pies pequeños que insistía en decirme lo linda que era la mañana en que nació y, así, dando media vuelta, me encontré con su rostro. Dejó de beber hace ya más de un año. Dejó también las drogas y, en una consecuencia poco afortunada, dejó de ver a los amigos. Hoy, que la tristeza invade mi piel, puedo, tengo que decir que lo extraño. 
lunes
  Bueno.. pues ya es momento de regresar a la escritura, no les parece? 
viernes
  El Jis nuestro de cada día... ...

 
domingo
  Transcribo fragmentos de la nota de Susana González :

Heriberto Félix Guerra, subsecretario para la Pequeña y Mediana Empresas de la SE, al presidir la última de las llamadas conferencias magistrales de la Semana Nacional Pyme, arengó a cientos de muchachos a que, literalmente, extendieran los brazos para volar y convertirse en “emprendedores”.

Deben de tener un sueño y tratar de cumplirlo, les dijo, y para ejemplificar quiénes lo han logrado metió en el mismo costal a Martin Luther King, Mahatma Ghandi y al presidente Felipe Calderón, al tiempo que quiso que comprendieran que quienes se quejan del gobierno, bancos y tasas de interés es porque les va mal.

“Cada uno habla de cómo le va en la fiesta. Podemos decidir ser víctimas de la circunstancia, que nos maneje o manejarla nosotros y ser líderes. Si decidiéramos al mismo tiempo ser parte de la solución, ningún país nos vería el polvo”, insistió el funcionario en las casi dos horas que duró su exposición y en la que se congratuló que durante los últimos años el número de jóvenes mexicanos que quieren ser empresarios se elevó de 4 a 17 por cada cien.

Los mexicanos cuentan con los genes de un espíritu emprendedor pero hay que desarrollarlo y romper ese modelo que empobrece, el de la crianza paternalista y obediencia, remarcó ante los jóvenes.

Miles de manos fueron alzadas cuando el subsecretario preguntó a los jóvenes cuántos habían pensado en tener su propio negocio, mientras sólo unas cuantas permanecieron en el aire a la hora que les cuestionó cuántos “tenían lana”.

“Muy escasos ¿eh? El tema del capital se convierte en un obstáculo, pero les puedo demostrar casos de éxito que han empezado con 4 o 5 mil pesos. El dinero se convierte en pretexto y entonces no arrancamos nunca el proyecto, lo postergamos uno y otra vez. ¿Saben cómo se llama eso? Es la esque-zofrenia por el ‘es que...es que’ con que le echamos la culpa a todos: a papá gobierno, a mi apá, mi amá, el dedo gordo, a que la mano me tiembla”, insistió.

El carácter motivacional de la plática de Félix Guerra, encaminado a despertar el espíritu emprendedor y la autoestima de los miles de asistentes a la Semana Nacional Pyme 2009, caracterizó la mayoría de las conferencias magistrales. Y en ellas, más que empresarios, predominaron como ponentes personajes mexicanos y extranjeros que aunque provengan de distintos ámbitos se han especializado en estimular la autoestima de quienes los escuchan.

Así, por su renombre, el periodista deportivo José Ramón Fernández o los conductores de televisión Marco Antonio Regil y Adela Micha, o Terry Guinde quien se ha especializado en hablar de cómo remover el caos de la vida personal, saturaron el salón principal del Centro Banamex mientras escaseaba el público en talleres y pláticas de orientación para que los microempresarios obtuvieran créditos de Nacional Financiera, pudieran convertirse en proveedores del gobierno federal o conocieran los detalles de los diversos programas que tiene la SE para apoyar las pymes.

Periódico La Jornada
Domingo 8 de noviembre de 2009, p. 24 
miércoles
  Esperen ...

Después de varios días y varios meses, hoy puedo afirmar que no estoy seguro de lo que me ha pasado. Un periodo de reacomodo y un mundo que no termina por explicarme el camino de esta nueva aventura. Sólo sé que Cuautepec, que un par de premios y reconocimientos y que la amistad. No está del todo mal, digo yo. 
viernes
  Al Azar (2.5) .

"[...] que nadie se haga ilusiones, que nadie piense ser tan astuto que pueda poner en aprietos a un demonio mudo, sujetándole a un examen de calculado silencio".

Kierkegaard. 
  Al azar (2) .

"No es mi propósito escribir una obra erudita, ni tampoco perder el tiempo buscando pruebas de conrontación literaria"

Kierkegaard 


























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