Cuando faltan cronopios

Crónicas de ciertos amigos que llegué a conocer


viernes
  Tu humedad ¡Ay!, miro desde aquí, lloro la ciudad, acecho las ventanas, no sé ni en cuál estás.

Sobre el tendedero me tiendo tratando de secar, de mi cuerpo tu humedad.

¡Ay!, todo fue un desliz, noche de pasión, resaca de tus besos, transpiro tu sabor.

Sobre el tendedero un fantasma sacude con cadencia...
los vestigios del azar, del puto azar, puto azar 
  Dr. Rémulo Es sin duda consecuencia de la distancia, pero cuando se da por iniciado el diálogo con usted me voy de frente a plantear mi duda, la más grande que tengo sobre la academia en México. La duda tiene que ver con los modos y sistemas en que se mueve, en que se organiza. A la distancia, desde mi fuero interno, he encontrado un valor profundo al estudio y la explicación del pasado, un valor que me permite entender un sentido propio, al tiempo que me permite vislumbrar una respuesta social. Mucho de este proceso tiene que ver con lo que he leido con usted, en su clase. Por eso la pregunta se atrevesó en el mensaje pasado.

Es sin duda la distancia, pero esa pregunta también contaba con un sentido político y hoy me entero de un embate político en contra de funcionarios y exfuncionarios del gobierno Adrés Manuel López Obrador. Escándalo que hace eco de este modo posmoderno de hacer la política nacional a través de la televisión; escánadlo que hace obligatoria los mismos cuestinamientos sobre la academia a nieveles más amplios, preguntar entonces por el poder, la riqueza y el prestigio en los espacios donde se decide el futuro de la nación. Preguntar por ellos exige plantear los problemas del sentido, de la interpretación, de los motivos de las estructuras académicas, lo mismo que de las estructuras de gobierno. Cuál es el sentido de nuestras instituciones, del gobierno y del conocimiento. En estos tiempos parece hacer falta una brújula, o bien, mucho diálogo, sincero y respetuoso.

Es claro que esta sucesión de escándalos tiene que ver directamente con una forma de gobernar y con un nuevo mecanismo para la transición política conocida como el dedazo. Y traigo esto a colación, pues Habermas, me ha llevado a otros textos y a la necesidad de fundar en el diálogo abierto y sincero relaciones respetuosas y equitativas, que son la base de una cultura democrática. La política tiene que pasar por el acuerdo. Si no, es sólo el juego donde unos chamaquean a otros (Niño verde, dixcit).

Es sin duda la distancia, y suponer que puedo compartir mis ideas y mis sentimientos. Por mi parte, veo una profunda crisis en las instituciones en México, en la academia, en los partidos, en el gobierno, en el Estado nacional. Y eso me casua mucha inquietud y ganas de hablar y de tratar de entender qué es lo que pasa.

Bueno, dicho esto, me quedo, creo, más tranquilo. Decir y escribir. Compartir tiene siempre algo de bálsamo, algo de liberación. Le mando muchos saludos y suerte en las búsqueda que ha emprendido.

Quedo de usted,

Javier García 
lunes
  Dr. Rémulo Es sin duda consecuencia de la distancia, pero cuando se da por iniciado el diálogo con usted me voy de frente a plantear mi duda, la más grande que tengo sobre la academia en México. La duda tiene que ver con los modos y sistemas en que se mueve, en que se organiza. A la distancia, desde mi fuero interno, he encontrado un valor profundo al estudio y la explicación del pasado, un valor que me permite entender un sentido propio, al tiempo que me permite vislumbrar una respuesta social. Mucho de este proceso tiene que ver con lo que he leido con usted, en su clase. Por eso la pregunta se atrevesó en el mensaje pasado.

Es sin duda la distancia, pero esa pregunta también contaba con un sentido político y hoy me entero de un embate político en contra de funcionarios y exfuncionarios del gobierno Adrés Manuel López Obrador. Escándalo que hace eco de este modo posmoderno de hacer la política nacional a través de la televisión; escánadlo que hace obligatoria los mismos cuestinamientos sobre la academia a nieveles más amplios, preguntar entonces por el poder, la riqueza y el prestigio en los espacios donde se decide el futuro de la nación. Preguntar por ellos exige plantear los problemas del sentido, de la interpretación, de los motivos de las estructuras académicas, lo mismo que de las estructuras de gobierno. Cuál es el sentido de nuestras instituciones, del gobierno y del conocimiento. En estos tiempos parece hacer falta una brújula, o bien, mucho diálogo, sincero y respetuoso.

Es claro que esta sucesión de escándalos tiene que ver directamente con una forma de gobernar y con un nuevo mecanismo para la transición política conocida como el dedazo. Y traigo esto a colación, pues Habermas, me ha llevado a otros textos y a la necesidad de fundar en el diálogo abierto y sincero relaciones respetuosas y equitativas, que son la base de una cultura democrática. La política tiene que pasar por el acuerdo. Si no, es sólo el juego donde unos chamaquean a otros (Niño verde, dixcit).

Es sin duda la distancia, y suponer que puedo compartir mis ideas y mis sentimientos. Por mi parte, veo una profunda crisis en las instituciones en México, en la academia, en los partidos, en el gobierno, en el Estado nacional. Y eso me casua mucha inquietud y ganas de hablar y de tratar de entender qué es lo que pasa.

Bueno, dicho esto, me quedo, creo, más tranquilo. Decir y escribir. Compartir tiene siempre algo de bálsamo, algo de liberación. Le mando muchos saludos y suerte en las búsqueda que ha emprendido.

Quedo de usted,

Javier García 
jueves
  Dr. Manuel Rómulo González Muchas gracias por sus felicitaciones y, con mucho gusto, tendré una copia de la tesis lista para usted a su regreso. Mientras tanto, no puedo dejar de pensar en el cúmulo de documentos que está usted ahora revisando. Pienso también sobre el modo en que se organizan las investigaciones de largo alcance y en el proceso que lo tiene ahora en esa su investigación; imagino trayectorias de investigación porque es tiempo que comience a pensar seriamente en lo que hago, he hecho y haré. Y no hay de otra, uno tiene que atenerse a las experiencias para poder visualizar un poco de qué se trata esto de sobrevivir en la academia y poder hacer investigacones que verdad valgan la pena.

Rutas de acceso, un poco eso intentó ser mi tesis. Rutas de acceso a las realidades del pasado; rutas que permitan entenderlo como una constante lucha por el poder, por la riqueza y por los significados. Poder, riqueza y significados, son también los elementos que están en pugna en el mundo académico. En ocasiones, sólo riqueza y poder, la academia vacía sus significados profundos y se convierte en otra cosa. A veces sólo significados, buenas ideas, excelentes investigaciones que no alcanzan a contar con suficiente riqueza y poder para ser publicados. A veces, simplemente se comercializa y no alcanza la profundidad del poder y del significado, y es una técnica al servicio de intereses. El libro, las revistas, la publicación son atrevesados por conflictos sociales y culturales. Materialización de conflictos, modo de acercarse a la realidad; los textos nos hablan de conflictos que alcanzaron a ser publicados, distribuidos, leidos y, quizá, discutidos. Qué pasa con todas aquellas discusiones que no alcanzan el estatuto de la publicación? Qué pasa con las investigaciones, las ideas y las explicaciones del pasado que no se publican? Y entonces, se desatan muchas otras preguntas: quién, cómo y para qué se publica en la academia?

La historia cultural me ha abierto una serie de inquietudes (no me puedo estar quieto) sobre el modo de comprender la realidad, del pasado y de mi presente. Comprometiéndome con el pasado, me encuentro con irrenunciable necesidad de comprometerme con el presente. Pero si la historia cultural intenta combatir esta idea romántica que hace del individuo el héroe de la película, y de las ideas como textos sagrados, es inevitable tener que someter al individuo y a las ideas del presente: entenderlos como una consecuencia de los conflictos políticos, sociales y morales. La academia es sólo un lugar donde estos conflictos se presentan, pero es el lugar en donde estoy, y no lo entiendo. No alcanzo a ver la dimensión de los conflictos culturales. Con tanta narración personalista, me resulta difícil ver el bosque cuando sólo árboles veo. "El regreso al sujeto", no como agente de la historia, sino como un nudo de nervios, pasiones. Puestos, dinero y palabra; poder, riqueza y significado. Los elementos vuleven a entrar en conflicto, pero no más no puedo levantar la vista y entender de qué se trara. Jugar por uno y para uno? Hacer de la academia un pokar?

Bueno, pero me he extendido demasiado en estas inquietudes y ahora no sé cómo pararlas. Y es que, ya terminada mi tesis, me tienen pensando en el contextos en que fue escrita.

Que esta perorata valga como un saludo.

Salud y ánimo,

Javier García 
martes
  El escándalo. El arreglo de cuentas pasa hoy por el escándalo televisado. Hay que tener videos de los adversarios políticos, siempre moviendo dinero, siempre dando y recibiéndolo; jugando a la ruleta que ha sido siempre el juego de la política. Aparte, muy aparte, están los principios, la justicia, la democracia, la idea de una autogobierno, de un orden que se funda y refunda constantemente, que so constituye como acuerdo transitosrio. Hoy esa política, la de la palabra, del acuerdo, del escucha que que responde al comentario al comentario anterior, más que fundarse, está refundido.

El escándalo. Y una vez más, uno en medio de eso, queriendo alzar la voz, no ante una ilegalidad, sino ante una injusticia. Y levanta la voz y hace silencio sólo para encontrar que había muchos antes que uno que levantaban también su voz, que decían de sus cotidianas injusticias, recibidas a punta de miseria y debilidad estructural. Y entonces uno se angustia y quiere responder con algo, pero más arriba sólo el escándalo y la legalidad como fachada.

Escándalo y gritos que piden el estado de derecho. Esos han sido los mecanismos del autoritarismo moderno, desde la Revolución francesa, al menos. Pedir el estado de derecho, no es pedir justicia. Es reconocer que las leyes deben de estar por encima de los conflictos sociales, es cierto, pero también es olvidarque las leyes fueron construidas para defender específicos intereses, peor aún, ocultar que las leyes fueron una vez creadas y que pueden transformarse, modificarse, corresponder a los intereses del presente y de un mayor numero de personas. Escándalo y estado de derecho ocultan los problemas de la representatividad y la justificación de las leyes. Escándalo y estado de derecho es una convocatoria a olvidar a la democracia y a la justicia, como valores regulativos.

Escándalo. Qué queda después del escándalo? Sólo una moral que se enfrenta a otra. Discutir los efectos del alcohol, por ejemplo. Defender la solvencia moral y económica de los individuos, también. Esa discusión está en el fondo siempre, pero cuando es argumento principal de una discusión que no contiene ese orden discursivo, estamos siempre ante una trampa. Hay confusión. Y como dice el presidente de los EU. Ante la confusión hay que ser claros: el matrimonio es una institución sagrada, de esta y de todas las sociedades habíadas y por haber. Moralidad y ley, siempre encima de libertad y justicia.  


























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