Cuando faltan cronopios

Crónicas de ciertos amigos que llegué a conocer


jueves
  Conocerse "Se conocieron. Él la conoció a ella y a sí mismo, porque en realidad nunca se había conocido. Y ella lo conoció a él y a sí mismo, porque aun habiéndose conocido siempre, jamás se había podido reconocer así" (Italo Calvino, El barón rampante)

Eso fue después de haberse quedado solos, caminando cada uno su senda, sus calles de ciudad, acompañados apenas por una infinita soledad a modo, una soledad hecha a la medida de cada uno.

Se habían conocido toda la noche. Habían pasado como cometas uno sobre el otro. Sólo con polvo estelar se habían podido tocar, con finísimo polvo. Aunque ella recuerda, temiendo por su vida, haberse agarrado fuerte de una cuerda. Algo aterrada, recuerda haber sentido un dolor que la estremecía, un dolor intenso, un espasmo en el vientre, un estarse sin mantener el equilibro, algo como el vértigo en la cresta del mundo. Conoció y superó algo como un límite, se aventó al vacío y sólo pudo agarrarse de aquella cuerda que ahora ve en sus manos, mientras camina las calles de su ciudad poblada de soledades.

Él, por su parte, recuerda estar arrullando a la luna, recuerda haber contado historias, haber leído en voz alta sus míseros poemas. Eran historias para antes de dormir, historias narradas frente a una fogata en esa noche de verano. Recuerda haber arropado a la luna para hacer de la noche una luna nueva; recuerda que conforme pasaba la noche la fue desvistiendo, reconociéndola, haciendo que el suspiro fuera el ánimo de la noche. Recuerda una compañía que se negaba a estarse y a la que jalaba presuroso hacia sí, por aprensión más que por deseo.

Ella. Él. Recuerdan ambos una historia que les es ajena porque saben los dos que esa noche apenas se tocaron, que fue un anuncio o una advertencia, un temor compartido, un estarse temblando el uno junto al otro, un apenas saberse cometas cruzándose en el universo, un tacto de cometas en fuga.

Todo esto sintieron a la mañana siguiente, ya solos, frente al hospital que se plantaba frente a ellos anunciando la pronta recuperación de las heridas inflingidas. Todo eso sintieron, ya solos, en pleno abismo. 
miércoles
  ¿Qué les significa esta foto? .
.
martes
  Una por las que van de arena .

.
  Libro abierto en la entrada "sexualidad" .
¿Qué es la sexualidad? Ese gesto, el más humano de todos, el más animal. ¿Es ponerse sonrojado al verte? ¿Es observar cuerpos? ¿Es ver nalgas y pensar en las tuyas? ¿Es detenerse en las formas del cielo? ¿Es esta permanente, insoportable distracción, este deseo incontrolable de estar con vos?

No puede ser, eso es lo que describen con la grandilocuente voz "amor". No. Este deseo brutal, estas ganas de someterte a mis caricias. Este saberte abismo, este gusto amargo por el vértigo. Este rondarte: presa muerta tú, zopilote yo; ave de carroña yo, presa de caza tú, animal maldito, incontrolable yo. El mundo se ha convertido en este seguirte, en este perseguirte todas las noches, derribando barreras de sábanas y colchas, de distancia, de incompetentes tiempos enfrentados. Este perseguirte todas las noches, hacer que me tengas miedo, sembrar en vos tu deseo que me permita alcanzarte. Hacer que, pasados unos días, unas semanas a lo más, sólo quieras que mis dientes se claven en tu cuello, hacer que te humedezcas de miedo al verme, y que salivando se aligere tu cuerpo, se deje tu alma ocuparse. Ese es mi deseo y mi gana. Y con eso en la epidermis, y por una estúpida razón, creo que siguiéndote con esta premura, con esta ansiedad mal contenida, con esta brutalidad que me aprieta los güevos; creo que siguiéndote con mi pensamiento, acompañándote a cada instante vos irás sintiendo mis ganas y mi deseo y te sentirás, quizá, acompañada con cucharaditas de ternura y podrás seguir alimentando tus sapitos de amor. 
domingo
  Guitarra negra .
(Alfredo Zitarrosa)

Introducción
Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra... Cómo haré para que sientas mi torpe amor, mis ganas de sonarte entera y mía... Cómo se toca tu carne de aire, tu oloroso tacto, tu corazón sin hambre, tu silencio en el puente, tu cuerda quinta, tu bordón macho y oscuro, tus parientes cantores, tus tres almas, conversadoras como niñas... Cómo se puede amarte sin dolor, sin apuro, sin testigos, sin manos que te ofendan... Cómo traspasarte mis hombres y mujeres bien queridos, guitarra; mis amores ajenos, mi certeza de amarte como pocos... Cómo entregarte todos esos nombres y esa sangre, sin inundar tu corazón de sombras, de temblores y muerte, de ceniza, de soledad y rabia, de silencio, de lágrimas idiotas... 
sábado
  Allanamiento .
Hoy anduvo la muerte buscando entre mis libros alguna cosa... Hoy por la tarde anduvo, entre papeles, averiguando cómo he sido, cómo ha sido mi vida, cuánto tiempo perdí, cómo escribía cuando había verduleros que venían de las quintas, cuando tenía dos novias, un lindo jopo, dos pares de zapatos, cuando no había televisión, ese mundo a los pies, violento, imbécil, abrumador, esa novela canallesca escrita por un loco... Hoy anduvo la muerte entre mis libros buscando mi pasado, buscando los veranos del 40, los muchachitos bajo la manguera, las siestas clandestinas, los plátanos del barrio, asesinados, tallados en el alma... Hoy anduvo la muerte revisando mi abono del tranvía, mis amigos, sus nombres, las noches del Café Montevideo, las encomiendas por la Onda con olor a estofado, revisando a mi padre, su Berreta, su Baldomir, revisando a mi madre, su hemiplejia, al Uruguay batllista, a Arístides querido, a mis anarcos queridos bajo bandera, bajo mortaja, bajo vinos y versos interminables... Hoy anduvo la muerte revisando los ruidos del teléfono, distintos bajo los dedos índices, las fotos, el termómetro, los muertos y los vivos, los pálidos fantasmas que me habitan, sus pies y manos múltiples, sus ojos y sus dientes, bajo sospecha de subversión... Y no halló nada... No pudo hallar a Batlle, ni a mi padre, ni a mi madre, ni a Marx, ni a Arístides, ni a Lenin, ni al Príncipe Kropotkin, ni al Uruguay ni a nadie... ni a los muertos Fernández más recientes... A mí tampoco me encontró... Yo había tomado un ómnibus al Cerro e iba sentado al lado de la vida... Pasé frente al Nocturno y la vida había pintado unos carteles... Pregunté en una esquina por la hora, y en la bolsa del hombre que me dijo la hora iba la vida, junto con su almuerzo... Hoy dejaré las puertas y las ventanas de mi casa abiertas... y la noche entrará por todas las ventanas de mi casa, por todas las ventanas de todo el barrio, por todas las ventanas de todos los cuarteles y de todas las cárceles, por todas las ventanas de los hospitales... la noche entrará, cabeceando, saltará para adentro, sombra a sombra a la luz del farol... y se echará en el piso como un perro... y aguardará hasta la madrugada... Hoy... dejaré las puertas y las ventanas de mi casa, abiertas, para siempre... (Alfredo Zitarrosa) 
viernes
  La casa .
... Mi corazón está mejor sitiado que mi casa... mi casa, más cercada que mi barrio... mi barrio, cercado por mi Pueblo... En mi barrio vive el Presidente, cercado por un muro casi derrumbado... (Alfredo Zitarrosa) 
jueves
  Hago falta
Hago falta... yo siento que la vida se agita nerviosa si no comparezco, si no estoy... Siento que hay un sitio para mí en la fila, que se ve ese vacío, que hay una respiración que falta, que defraudo una espera... Siento la tristeza o la ira inexpresada del compañero, el amor del que me aguarda lastimado... falta mi cara en la gráfica del Pueblo, mi voz en la consigna, en el canto, en la pasión de andar, mis piernas en la marcha, mis zapatos hollando el polvo... los ojos míos en la contemplación del mañana... mis manos en la bandera, en el martillo, en la guitarra, mi lengua en el idioma de todos, el gesto de mi cara en la honda preocupación de mis hermanos.
(Alfredo Zitarrosa) 
martes
  Investigación 3-28-32-54 .
Tranquilidad Rosales. Sólo decir su nombre me llenaba el pecho, pero ahora ella estaba en algún lugar de la Selva, del Bosque, de la Ciudad y no podía hacer nada para acompañarme. Esa mujer que me sabía explicar a las mujeres se había ido a pasear a su mascota y a organizar brigadas contra el tétanos, la rubéola y la represión gubernamental. Tranquilidad Rosales repartía tranquilidad a quien más lo necesitaba y mi drama de investigador comprometido con mi búsqueda requería más bien de consuelo, de un oído atento, de una mano amiga, de la ternura de la que sólo era capaz la señorita Rosales.

Eso nos ocurre a los detectives que vagamos seguros de no tener vínculos, seguros de no tener asidero. Decía Carvalho que eso era lo mejor para la profesión, pero él también tenía quien le curara las heridas después de zangolotearse con alguno de sus oponentes. Seguir las recomendaciones de los sabios de la soledad no hace nada bien.

Hoy salí de casa con la boca pastosa: no podía quitarme de la garganta el sabor de su sexo. Sí, la tenía en la garganta. Se había metido hasta’l fondo y no podía quitármela de encima. “Una larga noche me envuelve y me encierra, me sobrecoge, me pierde”

Secretamente la había escuchado, cuando en un monólogo teatral decía algo de amores, la seguí a su primer encuentro con Mr. Atkinson, le había birlado la cuenta de correo y la intimidad, todo por el bien del caso, pero no había más caso que el que afanoso y obsesivo continué prestándole y ya no había escapatoria. “Gastándome la piel en recordar”, había decidido meterme al prostíbulo de la Rana y nada, después de unos tragos salí tan solo como había entrado.

“¿Por qué será la larga noche tan larga y alucinada y tan sola y tan desalmada si es sólo, si es sólo una larga noche?”

La historia de suspenso que tenía a Elsa tomada de un brazo, sin poder soltarse del majestuoso Atkinson, con sus múltiples intereses transnacionales y su sonrisa de millón de dólares, había quedado desplazada. No tenía el menor interés en advertir el modo en que Atkinson se iría metiendo en el país, poco a poco y con tanta contundencia como logró penetrar a Elsa. Yo sabía que Elsa le guardaba más que un cariño infantil, más que el recuerdo de su primera vez, más que una agradecida sonrisa. Elsa estaba entregada a ese elegante rufián y no tenía escapatoria. Pero de algún modo, Elsa había extendido esa red, esa telaraña en la que estaba y había decidido jugar conmigo.

Ahora estaba yo enculado, prendido de ella, con ella hasta la garganta, sin posibilidad de sacármela de encima. “La noche debiera ser larga aurora perfumada, diáfana y azulada; una sábana bordada de rumores y de amores; estrella de la mañana, invasora desvelada de mi ventana cerrada”

Si tan sólo Tranquilidad estuviera por acá, pero las condiciones se había radicalizado tanto que no había tiempo ni modo para la intriga. “Mi noche nunca es aurora que llega por la mañana. Es sólo larga cornisa que da la vuelta a la nada. Es sólo miedo mi noche, miedo lento, lento y largo, siempre lento, siempre dentro, dentro de una larga noche”.

Sólo el sabor de ella, una sabor profundo y amargo, una presencia irreductible, lastimera. 


























Cuando faltan cronopios...






famas rules

























Mejor otra cosa:








Ejército Zapatista
de Liberación Nacional




Propuestas
¡Oye!


Huye de la olla


Encontronazos
Ernesto Manuel Espinosa
Carlos de la Sierra
Jeronimo Arteaga
Urraca Parlanchina
Alicia Andares
Carlos Oliva
Kantzil
Alets
Recuerdo que los leí
Comadre Maruja
Eslavos del sur
Asakhira
Pasticcio
Dieguez
Alma

Correspondiendo el gesto
Desde las sombras...
Almocreve das petas
Manzanas podridas
Al sur del sur
Ras Roger
Maga
Srita

guelos@hotmail.com
This page is powered by Blogger. Isn't yours?


ARCHIVES
05/2003 - 06/2003 / 06/2003 - 07/2003 / 07/2003 - 08/2003 / 08/2003 - 09/2003 / 09/2003 - 10/2003 / 10/2003 - 11/2003 / 11/2003 - 12/2003 / 12/2003 - 01/2004 / 01/2004 - 02/2004 / 02/2004 - 03/2004 / 03/2004 - 04/2004 / 04/2004 - 05/2004 / 05/2004 - 06/2004 / 06/2004 - 07/2004 / 07/2004 - 08/2004 / 08/2004 - 09/2004 / 09/2004 - 10/2004 / 10/2004 - 11/2004 / 11/2004 - 12/2004 / 05/2005 - 06/2005 / 10/2005 - 11/2005 / 11/2005 - 12/2005 / 12/2005 - 01/2006 / 01/2006 - 02/2006 / 02/2006 - 03/2006 / 03/2006 - 04/2006 / 07/2006 - 08/2006 / 08/2006 - 09/2006 / 09/2006 - 10/2006 / 10/2006 - 11/2006 / 11/2006 - 12/2006 / 12/2006 - 01/2007 / 01/2007 - 02/2007 / 02/2007 - 03/2007 / 03/2007 - 04/2007 / 04/2007 - 05/2007 / 05/2007 - 06/2007 / 06/2007 - 07/2007 / 07/2007 - 08/2007 / 08/2007 - 09/2007 / 10/2007 - 11/2007 / 11/2007 - 12/2007 / 12/2007 - 01/2008 / 01/2008 - 02/2008 / 02/2008 - 03/2008 / 03/2008 - 04/2008 / 04/2008 - 05/2008 / 05/2008 - 06/2008 / 06/2008 - 07/2008 / 07/2008 - 08/2008 / 08/2008 - 09/2008 / 09/2008 - 10/2008 / 10/2008 - 11/2008 / 11/2008 - 12/2008 / 12/2008 - 01/2009 / 01/2009 - 02/2009 / 02/2009 - 03/2009 / 03/2009 - 04/2009 / 04/2009 - 05/2009 / 05/2009 - 06/2009 / 07/2009 - 08/2009 / 08/2009 - 09/2009 / 09/2009 - 10/2009 / 10/2009 - 11/2009 / 11/2009 - 12/2009 / 02/2010 - 03/2010 / 03/2010 - 04/2010 / 04/2010 - 05/2010 / 08/2010 - 09/2010 / 01/2011 - 02/2011 / 03/2011 - 04/2011 /





Powered by Blogger








eXTReMe Tracker