Cuando faltan cronopios
Crónicas de ciertos amigos que llegué a conocer
Dos
.
La vi a ella cuando se escurría por el teléfono. Se había detenido un instante en sus tareas diarios y (aunque estuviera muy clavado, como dijo poco después) había decidido hablarle. Marcó el teléfono. Algo sabía de esa voz que contestaba, algo de ese timble le hacía temblar los huesos. Hablaron del diario pasar de las horas, de los trabajos interminables, de las tareas pendientes. Recordó cada uno por su parte, en silencio, lo mucho que se habían estremecido. Se despidieron evitando la intimidad. Llevándose en el corazón un pétalo fresco, una tonada, una caricia en la frente.
Lo vi otra vez
.
Lo vi en la pantalla. Se me apareció de pronto. Había dejado la comunicación con una linda mujer de pies pequeños que insistía en decirme lo linda que era la mañana en que nació y, así, dando media vuelta, me encontré con su rostro. Dejó de beber hace ya más de un año. Dejó también las drogas y, en una consecuencia poco afortunada, dejó de ver a los amigos. Hoy, que la tristeza invade mi piel, puedo, tengo que decir que lo extraño.
Bueno..
pues ya es momento de regresar a la escritura, no les parece?