También un texto viejo.
También un personaje construyéndose hace ya 15 años:
Ella se peina, se acaricia, se vive y se comparte a mí. Yo la observo. Arregla sus pertenencias, busca algún cigarrillo, está pidiendo un tabaco. Yo la observo. Alguien la atiende, le extiende su pedido, la complace. Yo la observo. Agradece ignorando, el buen mozo se retira; ella voltea al rincón más cercano, arriba, en el techo de madera, y recuerda, seguramente recuerda. Yo la observo. Se estremece, recuerda algún estado del alma, intensamente recuerda algún sentimiento y se estremece. Desea, desea ya vivir y yo la observo.