Después de tantos días
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Todo va bien. Un poco de fresas recogidas en el jardín de mi casa. Un licuado con lecha y el amargo sabor del tabaco reconstituyen mis mañanas. Con la lluvia, todo comienza a estabilizarse. Ahora sólo tengo que regresar al trabajo y al cultivo del maiz, pues ya me retrasé con la siembra. Mañana comienza una historia de satisfacciones. No sé muy bien por dónde llegarán, pero las nubes están cargadas: se advierte tormenta.