Alicia,

Pensaba responder a tus textos para plantear el debate que, una vez más, se ha pospuesto, y de buenas a primeras me encontré en Aguantavara con un texto del Bernardo (bienvenido a la ciudad, mano) y me vi en la imperiosa necesidad de escribirles a todos.

Bernardo dice que ya no le va a hablar a los abstencionistas y que los respeta. Algo de su mensaje me advierte de un peligro mayor: el de la retórica de la “democracia”, el habla de de los demócratas, un lenguaje que pasa por la hipocresía y la falsa modestia. Dice Bernardo, que debiera respetarte (la palabra adecuada es la tolerancia, palabra vacía de contenido real y que sólo expresa que te tengo que aguantar mientras no pueda destruirte), debe respetarse la abstención pero “dicha posición fue OPUESTA a la nuestra y muy perjudicial”. Y después nos aclara que los abstencionistas son “adversarios políticos del PRD y del Peje”.
1. Creo que en esta participación hay un problema general de nuestra concepción y práctica de la democracia electoral. No se puede respetar a un adversario y mucho menos cuando lo descalifico. FeCalHin y el PAN encabezado por el Yunque hizo de la descalificación, junto con el control mediático, su principal estrategia de campaña. El principal problema de la democracia electoral hoy en día es esa condición falsa del diálogo y el respeto. Ese respeto no es más que hipocresía.
2. Se nos olvida, al PRD, a La Jornada, a sus lectores, a los políticos se nos olvida que los partidos deben de convencer a votar por sus candidatos. Es la principal obligación de cualquiera que esté presentando opciones para una votación. En una democracia electoral limpia y respetuosa (sin descalificaciones ni hipocresías) el candidato que no gana es porque no convence.
3. Enuncio, entonces, problemas centrales de la campaña de AMLO:
a) creer que la convocatoria contra el desafuero se convertiría automáticamente en apoyo a su persona.
b) creer que con sólo poner en primer lugar de sus compromisos el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés podría paliar el descontento del papel del PRD en la legislatura (recuérdese para esto a Chucho Ortega y a Lázaro Cárdenas jr.)
c) no asumir a tiempo la crisis de legitimidad de un cascarón político llamado PRD, cuya bancada legislativa pasó de noche en la defensa de los intereses nacionales (además de la Ley indígena, recuérdese la Ley Monsanto y la Ley Televisa), y en lugar de tomar medidas al respecto, intensificar la crisis al hacer alianzas partidistas con José Guadarrama, el cantante Francisco Javier, Juan Sabines y Albores Guillén.
d) la crisis perredista tenía, no me cabe la menor duda, un salvavidas: el gobierno de la Ciudad de México. Fuera de eso, los gobiernos de Guerrero y Michoacán (por poner sólo un ejemplo) no pudieron dar respuesta a la deuda histórica de gobiernos represores, de los muertos perredistas que costaron para que se llegara al poder. Los líderes del partido han olvidado sus responsabilidades sociales y se han entregado a la negociación para obtener y mantener el poder.
e) directamente relacionado con o anterior, resulta sorprendente, por no decir irresponsable, que el PRD y AMLO no se hayan expresado en relación con SICARTSA y, sobre todo, de la violación sistemática a los derechos humanos en Atenco. Su silencio, ahora que ha sido nombrado perdedor de las elecciones, se convierte en cómplice y apoyo a la mano dura. Sé que con el triunfo del candidato se intentar remediar el caso (eso le escuché al propio AMLO en el cierre de campaña) pero era importante, ahora lo es más que nunca, el dejar en claro al menos el principio ético-político que señala: no hay mayorías que acallen el reclamo de justicia, que no hay orden por encima de la justicia.
4. Con la burla masiva de la que fuimos víctimas, el régimen “democrático” del respeto y la tolerancia bajo el orden y bajo MI batuta, no puede mantenerse. Comparto la idea de que, si no defendemos el voto y las libertades políticas, el poder que llevó a la represión en Atenco, a la descalificación de los estudiantes huelguistas del 99-2000, el constante hostigamiento al zapatismo y el fraude del 2 de julio de 2006 sigue en pie. Es un poder soberbio y represivo, y sobre todo es un poder amenazado. Un poder que despierta el odio de clase, el miedo y la histeria (desde el Chavo del 8 que no escuchaba tanto la palabra chusma). Es el momento de sumarnos contra él (vamos, si hasta Barlett lo advierte), sin importar por ahora nuestros orígenes. El peligro represivo es, como lo habíamos dicho antes, inminente. Si llegan al poder esto revienta, de poco en poco, con una represión sistemática y con un descontento social controlable. Es el momento de ampliar y diversificar la acción.
5. Un problema veo. Fui el sábado al Zócalo, iré el domingo. López Obrador debe dejar de hablar a las masas y comenzar a hablar con las organizaciones e individuos. Comprometerse y comprometer a los sindicatos, organizaciones e individuos. Y ahí, será fundamental que se comprometa con la Otra y con la Sexta. Sólo así podré yo, y mucha de mi gente, participar sin resquemores. Debe saber que nuestro apoyo, una vez más, no es a él y mucho menos a su partido. Nuestra lucha es contra una injusticia.

Hoy más que nunca el PRD y la Clase Política que se agrupa en torno de la Alianza por el Bien de Todos tienen una responsabilidad inmensa. No estuvieron a la altura de las circunstancias a la hora de la elección (¿cómo es que no vieron y previeron un fraude de tan grandes dimensiones?, ¿cómo es que, con los recursos con los que contaban, no estuvieron en todas las casillas?). Creo que los senadores y diputados electos en esta elección fraudulenta no deben tomar posesión. No así en el caso de la elección local, organizada por el Instituto Electoral local. El PRD llegó a los puestos federales por el apoyo al cambio que representaba AMLO, si se sientan en su curul aceptan pasivamente el cinismo que ha caracterizado a la Clase Política y la burla de la que hemos sido los ciudadanos.

Salud y ánimo,

Miguelo  ¶ domingo, julio 16, 2006