"Tú también, bruto, hijo mío, que pretendías la verdad, te dejaste arrastrar por la literatura, que es todo lo contrario, y caiste en la trampa de la ternura, de la supuesta inocencia del consabido asombrado-descubrimiento-de-las-cosas que el autor quiere encontrar a contra corriente en el niño que fue"
Jorge Enrique Adoum