La cabeza es un remolino que digiere las vivencias que el cuerpo traga. Mi cabeza hoy revoloteaba cuando mis anfitriones se fueron al gym (van a gyms distintos porque hacen distintas cosas) y bailé y grité y canté divirtiéndome sólo y conmigo mismo. Y de pronto me encontré quizá eloquecido, pues el juego me había tragado por completo y estaba dentro de él y fuera de todo lo demás y me espanté apenas lo suficiente como para detenerme y acordarme de Juan y sus estados siempre raros y de cómo es que él se fue y yo no ("y si te fuiste perdiste, yo me quedé"), cómo es que jugando los mismos juegos divertidos de la coherencia e incoherencia, él se fue y yo me quedé y...
pero, de verdad me quedé del todo?