Creí que me extrañarían, así que me apresuré a terminar mis vacaciones. Leo que todavía hay llanto en alguno que otro lugar de mi corazón, y me duele. Escucho el vacío y la reflexión en voz alta. "...creo que algún cambio se está gestando y sería bueno que pudieramos compartilro y alentarnos, lanzarnos para arriba...", me escribió un amigo. Estamos, dije y digo yo.