En el proceso de la independencia del África colonial se desarrollan dos proyectos teórico-ideológicos que, pese a ser distintos, no son del todo opuestos en la búsqueda de una conformación del África postcolonial. Por un lado el nacionalismo, por el otro la unidad africana expresada por el Panafricanismo.

El nacionalismo africano
El término encuentra en la actualidad abundantes detractores. Existe , no obstante, otra perspectiva del mismo término y que asume abiertamente Kufakunesu: "el nacionalismo africano es la fuerza creadora que buscaba transformar una sociedad en la cual la norma era la discriminación racial, la explotación económica, un sistema jurídico injusto y la desigualdad en el reparto de la riqueza. es así como comprendo el nacionalismo africano". Siguiendo esta perspectiva, se dice que fue el nacionalismo africano, mediante sus expresiones que organizan a la política en formas estatales, hizo tomar conciencia a los pueblos colonizados de su destino de ciudadanos de una misma nación africana, independientemente de sus diferencias étnicas o lingüísticas, y esto les hizo olvidar las fronteras políticas existentes antes de la colonización, para implantar estados con fronteras definidas por las divisiones con que Europa dividiose el continente.

Pero la afirmación nacionalista, independientemente de sus beneficios prácticos en la conformación de una unidad política frente al imperio colonizador, trae consigo la exigencia de una nueva identidad cultural que facilite la obediencia, el sometimiento a la organización política estatal.

Los países africanos, suma de una serie de etnias, organizados por sistemas coloniales al servicio del saqueo de recursos naturales, carecen de una cultura homogénea. Consecuentemente, se enfrentan a la posibilidad de que las diversas fuerzas culturales que contienen no actúen todas en favor de la creación o desarrollo de la conciencia nacional. "Desde nuestro punto de vista, afirma Kufakunesu, numerosos partidos nacionalistas africanos que han liberado a su pueblo de las cadenas colonialistas no han elaborado ideologías suficientemente precisas para preservar la unidad, después de la obtención de la independencia política".

En el África postcolonial no existen demasiados estados-nación que presenten poblaciones con unidad lingüística o étnica. Grupos africanos que no hablan una lengua común fueron colocados bajo un mismo gobierno colonial y cuando terminó dicha dominación el nuevo gobierno africano no tuvo más elección que aceptar la situación existente. Las fronteras que fueron trazadas en el continente africano de manera artificial y arbitraria permiten que, en el marco de un territorio heredado, se crearan las nuevas naciones. Es el territorio en el que los estados se obligan a conformarse en unidad política pese a la diversidad cultural.

Los nuevos estados africanos tienen que enfrentarse a una realidad donde existen fuerzas culturales desintegradoras al interno de sus territorios. Debido a la existencia de diversos grupos sociales y culturales, y por motivos del mantenimiento de la unidad política y nacional, los estados africanos se plantearán, tras la obtención de su independencia: 1) la necesidad de promover un renacimiento cultural que asuma los valores propios de civilización; 2) una revalorización del patrimonio histórico y lingüístico africano; y 3) ante el miedo de una imposición de ideas o neocolonización, el deshecho de conceptos políticos y culturales cosmopolitas ajenos a los intereses de África.


Antes de seguir con esta perorata histórica del África he de insertar un mensaje de nuestros patrocinadores que explica de manera enredada, pero contundente, de qué se trata el tema del que he estado hablando.

"Quien quiera que los cerdos de su propia horda lo expulsen por feo e indeseable, lo único que tiene que tener muy claro es saber dónde esta su granja. C.f. La rebelión en la granja de G. Orwell.

"Es lamentable el show, pero necesarias las purgas, en otra cultura o contexto el clan te habría sacrificado en aras de la salud del grupo: Smith, Frazer, Freud, Eliade, Lambert, Mauss, Girard, y otros tantos estudiosos del fenómeno.

"Quien no se controla, desencadena un sarta de violencia incontrolable, un círculo vicioso que toma por sus propias manos la violencia y siembra el deseo de venganza al infinito, como en la mafia o en la camorra napolitana, la guerra fraticida de los Wa-hutu y los Wa tutsi en Ruanda o las guerras intestinas priístas, que suelen ser hasta morir, véase los homicidios y los ajustes de cuentas que llegan desde el narco hasta los comerciantes ambulantes.

"Sólo espero que cada quien sepa cuál es el contexto de contrato social al que se suscribe y al que no le parezca tiene la libertad de no farolear y llegarle."

Gracias a Álvaro Rodríguez por el texto.  ¶ viernes, octubre 31, 2003