En el
Cálamo currente, alguien escribió sobre la Huelga de la UNAM 1999-2000. El apartado se llamaba
3. La memoria sucia
"(...) Desde hace varios años, al interior de las organizaciones, los partidos y los movimientos sociales, se ha venido insistiendo en la necesidad de resignificar nuestro lenguaje: nunca pensé que resignificar significara esto. Las palabras que ayer me sonaban a compromiso, a lucha, a deseo de libertad, hoy anunacian intolerancia, terror, desprecio por el otro.
"Un movimiento de resistencia que es aprovechado por algunos para dejar aflorar el pequeño judicial que todos llevamos dentro: se apuntan en la comisión de vigilancia, sospechan de todos a los que no conocen, controlan entradas y salidas, se colocan gafetes y listones como si fueran placas y uniformes. (...) Y no es casualidad que, en un lugar rebautizado como 'Alameda Lucio Cabañas', aparezcan 'ajusticiadores' que llaman a expulsar a los traidores que discuten la posibilidad del levantamiento del paro.
"
La memoria está viva, nos hemos quedado con la parte sucia de nuestra herencia y lo mostramos orgullosos. El sudor y la fuerza han tomado el control del movimiento, mientras que la inteligencia, la creatividad y la risa se esconden en su gruta cerca de la puerta trasera, esperando mejores tiempos."