Quizá nos pase a todos eso que el Manú cantaba sobre reclamos. Él terminaba afirmando entre orgulloso y no:
me llaman el desaparecido.
Quizá seamos muchos los que, como el personaje del tawerbaldo, que de tanto ausentarse, de secuestrarse interminables veces, de hacerle perder la pista a sus perseguidores, sus amigos ahora le llaman el tawer
fargo.